Las Cejas se encuentra conmocionada tras la denuncia de un supuesto robo en la oficina del Correo Argentino, que dejó a decenas de jubilados y beneficiarios de programas sociales sin cobrar sus prestaciones. Según los damnificados, una empleada de la empresa habría sustraído dinero de jubilaciones y otros pagos, lo que generó una serie de reclamos que hoy continúan sin respuesta.
La oficina del Correo Argentino, fácilmente identificable por sus paredes celestes y su clásico cartel, permanece cerrada desde finales de septiembre. Las puertas se clausuraron tras la desaparición de la empleada, quien según los vecinos, utilizaba excusas recurrentes como que el caudal de dinero no alcanzaba para pagar a todos, o que simplemente el efectivo no había llegado.
Testimonios de los damnificados
Luciana, una de las hijas de dos de los jubilados afectados, expresó el drama que viven desde que dejaron de cobrar: “Mis padres no cobraron el mes de agosto. Venían repetidamente a buscar su sueldo y no estaba. La señora que trabajaba acá decía que llegaba plata, pero que no alcanzaba, o simplemente que vengan mañana. Esto pasó durante todo agosto y septiembre. Y luego, ella desapareció”.
Según Luciana, muchos vecinos confiaban en que recibirían su pago tarde, como había ocurrido en otras ocasiones. “Ella pagaba con retraso, el mes de agosto lo pagaba en septiembre. Pero ahora ni siquiera eso. Nos dijeron que las planillas no están firmadas y que no hay boletas”, agregó con frustración.
Otro de los casos es el de Margarita, pensionada por el fallecimiento de su esposo. Su testimonio refleja la desesperación de no poder cubrir los gastos básicos: “Yo venía a cobrar y me decía que no había plata. Me mandaban de vuelta a casa sin un peso, y mientras tanto, las cuentas seguían acumulándose. Llaman constantemente para que pague, y yo no sé qué hacer”. Margarita lleva dos meses sin cobrar y depende del apoyo de sus hijos para subsistir.
Desconfianza y desesperación en la comunidad
Los vecinos aseguran que los problemas con los pagos no comenzaron de la noche a la mañana, sino que desde hace tiempo la situación era irregular. La confianza en la empleada hacía que muchos aceptaran los retrasos. Sin embargo, hoy la paciencia ha llegado a su fin. “Lo que pedimos es que el Correo se haga responsable. Sabemos que el dinero fue enviado, pero no sabemos dónde está. ¿Por qué no pagaron?”, reclamó Luciana, exigiendo una respuesta concreta.
Las sospechas sobre qué hacía la mujer con el dinero abundan en la comunidad. “Dicen que prestaba plata o que vendía indumentaria, pero no sabemos realmente qué pasó”, compartió Luciana, con la esperanza de que la justicia intervenga.
FOTO SANTIAGO GIMÉNEZ
El impacto emocional y económico
Para los vecinos, la situación va más allá de lo económico. El impacto emocional es profundo, como lo expresó Margarita, quien asegura que la angustia de no tener ingresos la afecta día a día: “Siento mucha bronca. Un día esta señora dijo que prefería lavar pisos antes que trabajar acá, y mire lo que terminó haciendo”.
Por el momento, los damnificados solo han recibido una respuesta formal del Correo, donde se les informó que el caso está bajo investigación y que deben esperar para obtener novedades. La desesperación de los vecinos, sin embargo, no cesa: “No sabemos dónde está el dinero ni cuándo lo vamos a recuperar”, concluyó Margarita.