“Costa Piedra” es el nombre de un boliche que se encuentra justo al lado del lago de La Angostura, en una zona que está catalogada como protegida.
Este centro nocturno lleva más de diez años en funcionamiento, según informan los vecinos de la localidad.
Lo curioso es que, a pesar de su larga operación, la identidad del propietario sigue siendo un misterio.
En respuesta a esta situación, el pasado jueves las autoridades decidieron demoler, con el uso de una topadora, el baño del establecimiento.
Los informes indican que solo se derribó la sección del baño y el alambrado que lo rodeaba. La razón por la que no se demolió todo el local parece ser la falta de claridad sobre la propiedad del mismo.
Durante las vacaciones, este lugar se convierte en un punto de encuentro para jóvenes de diferentes lugares, lo que provoca un ambiente de descontrol y ruido.
Una residente local, Maira Sequeira, expresó su preocupación sobre la falta de atención al peligro que esto representa.
Por otro lado, Débora Décima, una empresaria con conocimientos sobre la historia de la zona, explicó que el problema que rodea a la Reserva La Angostura se remonta a la década de 1970.
En ese período, varias familias originarias fueron desplazadas de sus hogares y tierras que ahora ocupan las aguas del lago.
El gobierno compensó a estas familias con dinero en lugar de garantizar la preservación de sus tierras ancestrales.
A lo largo del tiempo, algunas de esas propiedades fueron vendidas, y los descendientes de las familias originarias comenzaron a reclamar sus derechos sobre las tierras circundantes al lago.
Estas áreas son consideradas de riesgo, ya que existe la posibilidad de que sean cubiertas por el agua, dependiendo de la cota máxima de la represa.
La comunidad ha empezado a ceder inmuebles en esta zona, que no solo presenta riesgos, sino que también forma parte de una reserva natural.
Desde su perspectiva, Francisco Maza, un residente de la villa turística, ha compartido su análisis sobre la situación. Asegura que lo que ocurre en la zona del perilago es resultado de años de descontrol y abandono.
Se cuestiona cómo, durante tantas décadas, nadie del área de Recursos Naturales de la provincia se ha presentado para evaluar lo que estaba ocurriendo en la reserva y frenar las irregularidades que han llevado a la ocupación desmedida de estas tierras.
Maza también menciona que esta situación es un reflejo de un problema más amplio que afecta al pueblo, que incluye la falta de acceso a agua potable, la carencia de un plan de desarrollo urbanístico y la problemática de un basurero ubicado cerca de la comunidad.
