Ochenta cápsulas con cocaína habrían sido extraídas hasta la noche del domingo en el Hospital de Tintina, Santiago del Estero, a los nueve ciudadanos bolivianos, seis mujeres y tres hombres, que fueron detenidos por personal de Gendarmería.
Así se sintetiza el operativo mayúsculo iniciado en las primeras horas de ese día, al ser interceptado un tour de compras que provenía de Bolivia y tenía como destino el conurbano bonaerense.
Pese al hermetismo general, se supo que al arribar a un puesto de control de Gendarmería, uno de los pasajeros habría evidenciado cierta falencia en su estado de salud, lo cual puso en alerta a los uniformados.
Brevemente, el pasajero habría dejado entrever que se trataba de una “mula”: la definición es que representan a traficantes “que tienen como objetivo transportar la droga ilegal de unos distribuidores a otros.
Para ello, ingieren grandes cantidades de droga envasada en bolsas recubiertas por envoltorios de látex, con el fin de evitar su ruptura dentro del tracto gastrointestinal.
Notificado, el titular del Juzgado Federal Nº 2, Sebastián Argibay, habría dispuesto que Gendarmería amplíe la investigación hacia otros sospechosos, que en la madrugada llegaba a nueve pasajeros.
Sobre el final de la jornada, los voceros confiaron que los médicos habían extraído 80 cápsulas, pero sin discriminar entre los 9 pasajeros bolivianos, con residencia en la provincia de Buenos Aires.
Las fuentes clarificaron que la intervención médica era desplegada bajo un riguroso protocolo. ¿Por qué? Con antelación, la droga es colocada en cápsulas de diversos materiales e incluso en condones anudados.
Lo más común es que la mula ingiera las cápsulas para que queden en su estómago durante el cruce de una frontera o, bien de un control policial. Pero las vías son muchas.
Ante ese panorama, y el riesgo en la vida de las nueve personas, en el nosocomio se le habrían realizado placas, ya que las cápsulas viajaban en el estómago, pero también en los genitales de las mujeres.
Con suma paciencia, y en función de los tiempos de cada organismo, hasta la noche del domingo las presuntas “mulas” habían despedido en total ochenta cápsulas, pero todo indicaba que la tarea llevaba para toda la madrugada, sin descartar que los detenidos fuesen conducidos a otros centros de salud.
La labor de los gendarmes no pasó inadvertida, ya que también demoraron al transporte, cuyo contenido, encomiendas, también eran inspeccionadas con sumo detenimiento y hasta en el rincón más intrascendente.
Granadero Gatica se sitúa a 16 kilómetros al norte de Tintina, departamento Moreno. Allí los gendarmes montaron un operativo de exhaustivo control, ocasión en que arribó el tour de compras y en menos de 20 minutos fue conducido al Hospital de Tintina.
Confirmadas las cápsulas con cocaína, un experto confió que se trata de un negocio muy peligroso y sin límite aparente, aún con los peligros lógicos para los responsables.
Generalmente, las “mulas” son personas carentes de recursos, forzadas a ingerir cápsulas. Cada persona suele “tragar” hasta 20 cápsulas de 5 gramos cada una. En dinero, el gramo hoy es pagado mínimamente $10.000, pero cuando se trata de máxima pureza el valor trepa hasta $ 30.000.
Por ende, cuantitativamente no es descabellado proyectar que las “mulas” llevasen más de $ 30.000.000 en su organismo y con sus vidas al límite, ya que de estallar una cápsula podría causarles una mortal sobredosis.