La exposición, a cargo de la licenciada en Biotecnología Carla Chavarría, comenzó con la distinción entre lo que se conoce como cambio climático y el calentamiento global. Chavarría explicó que en el primer caso se alude a las variaciones de largo plazo en los patrones climáticos del planeta, mientras que el segundo se refiere al aumento de la temperatura promedio de la Tierra.
“Ambos fenómenos están conectados y tienen consecuencias que ya estamos viviendo, como el derretimiento de glaciares, el incremento del nivel del mar y eventos climáticos extremos”, precisó la experta. En este contexto, subrayó la urgencia de actuar; en especial, a la luz de desastres naturales que se vienen dando de hace tiempo en distintas partes del mundo.
La clase, titulada “Cambio Climático: la verdad detrás del debate”, se desarrolló en la sede de la ODS. Fue presentada por el presidente de la entidad, el licenciado Moisés García. Participaron decenas de personas, tanto de manera presencial como por vía remota.
Chavarría desmintió varios mitos que circulan como ciertos, en torno del cambio climático. Entre otros:
- “El cambio climático es natural y no influenciado por el hombre”. Aunque el clima cambió de manera natural a lo largo de millones de años, la rapidez con la que los cambios suceden ahora se debe, en gran medida, a actividades humanas como la quema de combustibles fósiles. Es un llamado a la reflexión sobre nuestras propias acciones.
- “El cambio climático no es una amenaza inmediata”. Muchos creen que sus efectos aún están lejanos, pero las consecuencias ya se están sintiendo, como el aumento de huracanes devastadores y sequías extremas. “A veces, parece que nuestras acciones diarias no tienen impacto, pero cada pequeña decisión cuenta”, dijo Chavarría.
- “Las energías renovables no son suficientes”. Datos alentadores muestran cómo una combinación de energías limpias puede realmente cubrir las demandas de la humanidad y reducir las emisiones que perjudican al planeta.
La disertante también enumeró acciones concretas que pueden llevarse a cabo para un futuro sostenible. Algunas de esas medidas incluyen: - Reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Implementar cambios más sostenibles en nuestros hábitos de transporte, en la forma en que consumimos y en la agricultura.
- Reforestación. Cada árbol plantado suma. Proteger los bosques y reforestar puede marcar una gran diferencia en la absorción de dióxido de carbono.
- Adopción de energías renovables. Optar por fuentes de energía como la solar o la eólica puede acercar a un futuro más limpio y reduce la dependencia de combustibles fósiles.
“Si bien enfrentamos desafíos enormes, cada uno de nosotros tiene el poder de hacer una diferencia. Las pequeñas acciones que tomamos en nuestro día a día importan, y pueden contribuir significativamente a un cambio positivo”, enfatizó Chavarría.
Como cada clase, la exposición concluyó con un interesante debate entre los asistentes, que expresaron sus perspectivas y preocupaciones respecto del cambio climático. Se trató de un momento valioso de intercambio de ideas y de reflexión, que fomentó un sentido de comunidad y de responsabilidad compartida. Los participantes destacaron cuán esenciales son las políticas públicas efectivas y la educación para enfrentar este reto global.
“El cambio climático es un desafío que requiere la colaboración de todos. Cada uno de nosotros tiene el potencial de ser un agente de cambio, adoptando hábitos más sostenibles y apoyando la conciencia ambiental en nuestras comunidades. Juntos, podemos construir un futuro más verde y seguro para las generaciones que vienen”, finalizó Chavarría.
