Las acciones y los bonos de Argentina eran negociados con leve tendencia alcista esta tarde, en zona de máximos para 2024, en una sesión que no contaba con impulso externo dada la tendencia mixta en los principales índices de Wall Street.
Las acciones estadounidenses se muestran oscilantes este jueves, mientras los inversores digerían las ganancias de Nvidia (-1,4%) y Alphabet caía más del 6% en medio de una medida del Departamento de Justicia para dividir su “imperio”.
Nvidia superó las expectativas en cuanto a ganancias en el tercer trimestre, pero el fabricante de chips pronosticó su crecimiento de ingresos más lento en siete trimestres, ya que notó problemas en la cadena de suministro. Esas restricciones limitarán las entregas del nuevo chip insignia Blackwell, comunicó la compañía, pero también harán que la demanda supere la oferta en 2026.
La confianza inversora en el Gobierno ayuda a que la Bolsa y los bonos transiten valores máximos históricos. A las 13:30 horas, el índice accionario S&P Merval de Buenos Aires cotizaba con mejora del 0,2%, en los 2.152.000 puntos, un récord nominal, en la antesala de una prevista toma de ganancias por los abultados retornos brindados en las últimas semanas.
Los bonos soberanos en el MAE (Mercado Abierto Electrónico) promediaban un alza marginal del 0,1% en pesos. Los bonos Globales suben un 0,3% en promedio en Wall Street, mientras que el riesgo país elaborado por el banco estadounidense JP Morgan recortaba cinco enteros para la Argentina, en los 718 puntos básicos. El índice local no perfora los 700 puntos desde febrero de 2019.
El mercado de deuda “registra un nuevo máximo post reestructuración (2020). En un contexto de acentuado descenso del riesgo país, el tramo largo de la curva lidera las subas. Tomando mayor perspectiva, este comportamiento se replica en lo que va del mes. En concreto, los títulos de mayor duration exhiben retornos de entre 15% y 16% en noviembre”, sintetizó Portfolio Personal Inversiones.
El Gobierno debe encarar a fin de año el vencimiento de su acuerdo de facilidades extendidas con el FMI (Fondo Monetario Internacional) por un crédito de USD 44.000 millones, contraído por el entonces presidente Mauricio Macri en 2018, y para lo cual la actual administración confía en las negociaciones abiertas.Acciones argentinas en Wall Street (Fuente: Rava Bursátil, precios en dólares y actualizado 13:30 horas)
“Seguro que va a haber un nuevo acuerdo y entendemos que está el camino delineado y allanado para que eso ocurra lo más rápido posible. Las metas están cumplidas, las expectativas están cumplidas y la economía está funcionando”, expresó este jueves el vocero presidencial, Manuel Adorni, en conferencia de prensa.
Un informe de Max Capital definió que “una dinámica que podemos esperar para los próximos años: mayores importaciones, pero también mayores exportaciones de energía. La economía argentina se encamina hacia una balanza de cuenta corriente más débil, contrarrestada por un aumento en las exportaciones, principalmente de Vaca Muerta, a medida que las empresas incrementan su capacidad para despachar petróleo y gas. Una moneda más fuerte ejercerá presión sobre las importaciones y los servicios en el extranjero, especialmente el turismo”.
“Aunque algunas importaciones y gran parte del turismo actualmente se financian con ahorros internos en dólares, con el tiempo, la fortaleza del peso generará mayores salidas de estas fuentes, lo que ejercerá presión sobre la divisa o las reservas, presión que será compensada por el crecimiento de las exportaciones de energía provenientes de Vaca Muerta. El Gobierno parece confiar en que las exportaciones de energía prevalecerán, permitiéndole preservar una moneda fuerte y salarios domésticos elevados. No obstante, dichos salarios requerirán una reasignación de recursos hacia sectores competitivos como la agricultura, la energía o los servicios, alejándose de los sectores transables no competitivos. Este proceso, aunque necesario y eficiente, también será doloroso, ya que podría generar informalidad y desempleo, con costes políticos similares a los vividos en los años ‘90″, evaluaron los analistas de Max Capital.