El 25 de noviembre, un operativo llevado a cabo por personal de las Divisiones de Sustracción de Automotores y de Robos y Hurtos resultó en el secuestro de dos camionetas de alta gama que estaban implicadas en casos de robo y poseían registros en otras provincias del país.
Las unidades en cuestión presentaban signos de adulteración en sus partes y contaban con documentación apócrifa. La investigación se orienta a determinar si los conductores de los vehículos fueron víctimas de estafa y a identificar a los responsables de los delitos cometidos.
El primer incidente se produjo en las cercanías de la calle Junín al 600, donde los efectivos de la División de Robos y Hurtos realizaban patrullajes preventivos. Durante esta actividad, observaron una camioneta Toyota Hilux que circulaba por las calles de la Capital con placas nominales que resultaron ser falsas, lo que llevó a la policía a interceptar el vehículo para su revisión.
Al examinar la documentación, los agentes notaron que esta también había sido alterada. Procedieron a realizar una inspección más exhaustiva, durante la cual se corroboró que el número de motor y de chasis correspondían a una camioneta que pertenecía a una empresa de gas de la provincia de Santiago del Estero, la cual estaba vinculada a un robo ocurrido en Lomas de Zamora, Buenos Aires.
Esto fue informado por el comisario Gabriel Sebastián Heredia, a cargo de la División. Dado que existía una orden de secuestro emitida por el Juzgado Federal Criminal y Correccional 2 de Lomas de Zamora, la camioneta fue retenida.
El comisario Heredia aclaró que, aunque no tenían autoridad para conocer los pormenores del expediente, su deber era cumplir con la orden de secuestro. Por lo tanto, no pudieron establecer si la camioneta había sido robada o si había participado en un robo.
La Unidad Fiscal Criminal, bajo la dirección del fiscal Mariano Fernández, fue notificada sobre la adulteración de las placas y la documentación. El conductor del vehículo, un hombre de 58 años de edad y originario de Tucumán, sostuvo que había recibido la camioneta como pago de una deuda por parte de otra persona, también de Tucumán.
Este individuo fue demorado y puesto a disposición de la Justicia, y deberá declarar en los próximos días. Hasta el momento, no se ha esclarecido si el responsable de entregar la camioneta es también el autor de las adulteraciones, lo cual será parte de la investigación en curso.
El segundo caso de secuestro se produjo en la intersección de la Avenida América y la calle Perú. Durante los patrullajes, los efectivos de la División de Sustracción de Automotores detectaron una camioneta Volkswagen Amarok que carecía de su dominio en la parte delantera y presentaba un dominio apócrifo en la trasera.
Al inspeccionar el vehículo, notaron que el chasis había sido adulterado; los números originales habían sido borrados y reemplazados por un patrón falso. Además, al verificar la información en la base de datos, se constató que el dominio pertenecía al Banco Comafi de Buenos Aires.
Esto motivó la apertura de una causa por presunta infracción de adulteración y se procedió a secuestrar el vehículo. La camioneta fue trasladada a la sede de la División para un control más detallado. El jefe de la División de Sustracción de Automotores,
Maximiliano Auteri, , jefe de la División de Sustracción de Automotores, mencionó que aún no se sabe si la camioneta completa provenía de Buenos Aires o si solo sus partes habían sido modificadas. La investigación continúa a la espera de que un perito analice la adulteración para intentar recuperar los números originales mediante un revenido químico.
El conductor, también originario de Tucumán, no fue sometido a ninguna medida privativa de libertad, aunque quedó involucrado en la causa por la presunta infracción de adulteración. El individuo declaró que había adquirido la camioneta hace más de un año y la utilizaba como vehículo particular. La investigación determinará si se trata de un caso de estafa.
Los comisarios explicaron que existen dos tipos de adulteración de vehículos en el ámbito delictivo. Las camionetas “crudas” son aquellas a las que se les coloca una chapa patente y se falsifican los documentos, pero no se alteran los números de motor ni de chasis.
En contraste, las camionetas “mellizas” son aquellas que han sido completamente adulteradas; además de tener chapa y documentación apócrifas, se liman los sectores donde se encuentran el chasis y el motor, y se graban números que coinciden con la documentación falsificada. Sin embargo, un perito experimentado puede detectar estas alteraciones a simple vista.
El comisario Heredia destacó que ha habido un aumento en los casos de adulteración de camionetas de alta gama, las cuales, junto a su documentación, son comercializadas ilegalmente. Es importante señalar que estos vehículos tienen un valor que supera los 40 millones de pesos.
Se ha observado que muchas de estas camionetas son sustraídas en otras provincias y se trasladan al norte del país, siendo Tucumán un punto estratégico donde a menudo se falsifica la documentación necesaria.
Finalmente, se aconseja a los potenciales compradores que realicen una inspección exhaustiva de los vehículos antes de completar cualquier transacción, con el fin de evitar ser víctimas de estafas y perder el vehículo al ser secuestrado por las autoridades debido a un pedido de captura o por adulteraciones.
Para prevenir caer en este tipo de situaciones, es recomendable que los interesados soliciten un informe de dominio y verifiquen los números de motor y chasis. Este procedimiento puede ser realizado en la planta verificadora de la Policía, donde se aseguran de que los componentes sean originales de fábrica y que todo esté en orden.