En la actualidad política de Tucumán, se presentan dos imágenes contrastantes en el ámbito oficialista. La primera se refiere al gobernador Osvaldo Jaldo, quien ha alcanzado un notable nivel de aprobación en su gestión, cercano al 75%, según un sondeo realizado por el consultor Mario Nahuz. Esta cifra sugiere una percepción positiva en relación a su administración.
La segunda imagen se centra en la percepción personal de Jaldo, que aunque es ligeramente inferior, se sostiene gracias al apoyo de un sector independiente que valora su capacidad de diálogo en el contexto de la gestión presidencial de Javier Milei.
Sin embargo, estas cifras generan un dilema para el gobernador: ¿cómo mantener su alta consideración pública?
A lo largo del tiempo, la política tiende a presentar fluctuaciones, y el futuro de Jaldo dependerá de las acciones que emprenda en su gestión.
En la última encuesta del año, que maneja el mandatario provincial, el oficialismo se sitúa en los primeros lugares de aceptación entre los líderes políticos. Además de Jaldo, destaca la figura de Rossana Chahla, intendenta de San Miguel de Tucumán, quien ocupa el segundo lugar en la imagen pública, aunque se encuentra a 20 puntos de Jaldo y supera en cerca de 7 puntos a Miguel Acevedo, vicegobernador.
Roberto Sánchez, diputado radical, ocupa el tercer lugar, reflejando una tendencia similar a otros sondeos. El “top five” de Nahuz también incluye al ministro del Interior, Darío Monteros, quien se ha destacado por su trabajo en el territorio.
En contraste, figuras como Ricardo Bussi, Juan Manzur y Germán Alfaro son los menos valorados según esta encuesta.
La buena imagen con la que el gobierno concluye este complicado 2024 se presenta como un salvavidas para su equipo. A pesar de que Jaldo ha considerado cambios en su gabinete, estos no se han concretado debido a un análisis constante del desempeño de sus ministros.
La reciente controversia relacionada con la venta ilegal de mercaderías gestionadas por el Ministerio de Desarrollo Social había generado rumores sobre la posible salida de Federico Masso, su titular. Sin embargo, Masso logró estabilizar su posición al afrontar directamente la situación y colaborar con el gobernador, quien asumió un rol activo en la denuncia.
Jaldo dejó en claro su postura: la justicia debe prevalecer independientemente de las posiciones políticas de cada implicado. A pesar de la controversia, Masso se encuentra entre los ministros con mejor aceptación, lo que muestra la complejidad del equilibrio en el gabinete.
En cuanto a la evaluación de los funcionarios de alto rango, la situación es preocupante. Aunque algunos ministerios, como Obras Públicas, han sido bien valorados, el área de Economía es percibida negativamente, a pesar de que dos de los últimos cuatro gobernadores tucumanos han surgido de esta cartera.
El actual ministro, Daniel Abad, ha reconocido los desafíos financieros que enfrenta la provincia, destacando la necesidad de mantener un equilibrio fiscal ante la caída de la recaudación y el impacto de la recesión. El próximo año, que es electoral, plantea nuevos retos, especialmente en la gestión del gasto público.
Mayo será un mes crucial en el que se definirán las candidaturas de las distintas fuerzas políticas que competirán en las elecciones de medio término. Una inquietante polarización se ha comenzado a manifestar entre el peronismo y La Libertad Avanza, con una diferencia de aproximadamente ocho puntos favorables a los libertarios en las encuestas.
La imagen de Milei ha mejorado en la provincia, en parte gracias a la reducción de la inflación y a la sintonía entre su gestión y la de Jaldo. Sin embargo, ni el peronismo ni la fuerza libertaria parecen contar con una mayoría decisiva para alterar el rumbo de las elecciones.
Un 34% de los encuestados se muestra indeciso sobre su voto para 2025, lo que indica un desencanto generalizado con la política. Este contexto obliga a replantear estrategias electorales, especialmente para un Partido Justicialista que ha visto mermar su capital político en medio de tensiones con la nueva dirección nacional.
El análisis realizado por Nahuz sugiere que la dinámica política se verá influenciada por las disputas internas y las condiciones económicas del país.
En la oposición, el vicejefe de Gabinete del Interior, Lisandro Catalán, se perfila como un posible candidato libertario, aunque su camino no estará exento de dificultades.
Por su parte, Jaldo no contempla cambios inmediatos en su gabinete ni ha definido candidaturas para las próximas elecciones. Sin embargo, estas cuestiones seguramente cobrarán relevancia nuevamente al reanudar la actividad política, intensificando así el clima en Tucumán.