Tras la aprehensión de una quincena de personas que limpiaban parabrisas en los semáforos de la Capital, el jefe de Policía, Joaquín Girvau, ratificó que los operativos en diferentes esquinas de San Miguel de Tucumán se profundizarán en los próximos días.
Adujo que los limpiavidrios fueron denunciados por violencia y por generar inconvenientes en la vía pública. Respecto de los operativos de detención, el funcionario remarcó que las aprehensiones duraron seis horas y que los hombres fueron liberados luego de constatar sus antecedentes.
“Las 17 personas detenidas originan problemas, por ejemplo, se suben arriba del capot y obligan a la gente a que les paguen. Las detenciones las hicimos en avenida Gobernador del Campo, en Esquina Norte y en la Plazoleta Mitre. En esta última se reciben muchas denuncias; todos los limpiavidrios son de la Bombilla y tienen antecedentes por robo agravado, desorden, ebriedad”, relató.
Sobre cómo seguirán los controles, Girvau indicó que “se les va a permitir que estén allí mientras no generen inconvenientes”. “La gente que vive en la Capital o los que vienen de afuera tuvieron inconvenientes con esta gente y siempre son situaciones de violencia”, puntualizó.
En las esquinas
Tras las declaraciones del jefe de Policía, LA GACETA recorrió algunos barrios de la Capital donde se concentran los limpiavidrios y dialogó con algunos de ellos sobre las acusaciones y las detenciones que los tuvieron como protagonistas.
“A mí me llevaron detenido el sábado, me llevaron a las 10 y me soltaron a las 18. Me parece innecesario porque con el celular ellos ya pueden ver mis antecedentes, me dijeron ‘tenemos orden de llevarlos’, y no me resistí”, contó Mario Orellana, quien trabaja en el rubro, según sus declaraciones, desde que se reinauguró la Plazoleta Mitre. El muchacho de 37 años aseguró que la Policía municipal le impidió limpiar vidrios en la zona y es por esto que ahora se dedica a la venta ambulante: “Tuve que pedir prestado $4.000 al señor del almacén y compré estas bolsas para poder trabajar. Siempre nos insultan y nos dicen que vayamos a trabajar, pero esto es lo que podemos hacer porque no tenemos estudio, pedimos trabajo así sea limpiando baños. La intendenta (Rossana) Chahla a todos les quiere cobrar, a los trabajadores ambulantes les cobra para vender juguetes, espero que no me quiera cobrar ahora”.
En Alem y Mate de Luna, Mario Ezequiel Rios apuntó contra la Policía y los funcionarios por impedirles trabajar en la zona: “La Policía deja trabajar solo a los que ellos conocen. Tengo familia y necesito salir a trabajar. Si no quieren que trabajemos aquí, que nos den un trabajo, que nos manden a limpiar plazas o los hospitales, no queremos planes, queremos trabajar”. Seguidamente, el joven de 30 años aseguró que las situaciones de violencia existen, pero se desligó de haber protagonizado alguna de ellas: “Hace 13 años estamos trabajando aquí. No somos violentos, a veces hay algunos, pero son contados los que faltan el respeto e insultan a la gente. Generalmente vienen de otros lados y nosotros los corremos”. Sobre las detenciones llevadas a cabo por la Policía, Ríos señaló que lo tuvieron en la comisaría 7ma por algunas horas y lo liberaron por falta de antecedentes
“Desde los nueve años”
Sobre avenida Belgrano al 100, Lautaro Sanzol, de 20 años, hizo una pausa a su actividad en medio de una decena de vehículos que esperaban en el semáforo, para dar su opinión sobre la situación.
“Trabajo desde los nueve años en el semáforo. Nunca fui violento ni falté el respeto a la gente, pero hay personas que sí lo hacen y por eso la Policía nos impide trabajar. Ayer no vine a trabajar, por eso tal vez no me llevaron detenido”. En un momento de la entrevista, a Lautaro lo interrumpió un hombre, lo saludó con un abrazo y siguió su rumbo. “Él tiene un negocio en la otra esquina y siempre me da una mano cuando la necesito. Hace 11 años que trabajo limpiando vidrios y obvio que me gustaría tener un trabajo, de lo que sea, yo me adapto. La situación en Tucumán está muy complicada”, recalcó.
A unas cuadras, en Belgrano y Ejército del Norte, Juan (no quiso dar a conocer su apellido) afirmó que toda su vida fue limpiavidrios, pero por estos días debe trabajar vendiendo frutas o bolsas y teme a las detenciones de la Policía que, según su testimonio, son constantes.
“A mí también me llevaron detenido el martes a la noche y me largaron el miércoles a la mañana. Yo trabajo desde hace 23 años y nunca tuve problemas con la gente. Así tengamos el DNI a mano igual nos llevan, ya estoy harto. Está bien que hagan controles, pero si no tenés antecedentes para qué nos llevan”.
Por último, el hombre de 37 años y padre de tres niños hizo un pedido al Gobierno: “Yo era pintor, pido un trabajo al Gobierno. Cuando ya no se puede vender bolsas, recurro a limpiar vidrios, me gano la vida en el semáforo”.