La ceremonia tuvo lugar esta tarde en la parroquia Santísimo Redentor, en el barrio porteño de Recoleta. “Nuestra vida se quedó con esa patada en Villa Gesell”, lamentó su padre Silvano Báez en diálogo con TN.
A cinco años del asesinato de Fernando Báez Sosa, a pocos metros de un boliche de la localidad de Villa Gesell, su familia convocó a una misa para renovar el pedido de justicia. “Nuestra vida se quedó con esa patada (que le provocó la muerte al joven)”, lamentó su padre Silvino Báez, al entrar a la parroquia Santísimo Redentor, en el barrio porteño de Recoleta.
“Es un día muy triste, porque en esta fecha perdimos a nuestro hijo. Toda una vida juntos y nuestra vida también se fue con él”, aseguró su madre Graciela Sosa en diálogo con TN. Explicó además que en sus redes sociales, escribió la convocatoria “en presente”, como si su hijo “estuviera vivo”. “Me costó, se me cayeron lágrimas, pero él me da la fuerza y sé que el mensaje le va a llegar”, sostuvo.
La mujer también agradeció a la prensa y a la gente porque “sin este acompañamiento, hubiese sido muy difícil”. “He tenido ganas de quedarme tirada y es por ustedes también que estoy de pie. Deseo que volvamos a encontrarnos con Fernando, que me espere con los brazos abiertos. No era su momento, que la gente valore la vida”, enfatizó conmovida.
La ceremonia durará aproximadamente 40 minutos y será oficiada por el padre Sergio, cercano a los padres del joven, según pudo saber TN. A la parroquia se acercaron familiares y amigos que acompañan desde el primer momento al matrimonio.
Días atrás, a través de sus redes sociales, Sosa había convocado a la misa con un emotivo posteo. “Este año nuestro hijo Fernando Báez Sosa se recibiría de abogado y no pudo llegar. Soñábamos tanto ese momento y se truncó todo porque unos cobardes lo mataron a traición”, reclamó.
El crimen de Báez Sosa conmocionó al país en el verano de 2020. Ocurrió en la madrugada del 18 de enero, cuando la salida del boliche Le Brique, el joven fue atacado a golpes por un grupo de jóvenes.
Los acusados, Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli y Luciano Pertossi, fueron condenados a prisión perpetua en la cárcel de Melchor Romero; mientras que Ayrton Viollaz, Blas Cinalli y Lucas Pertossi estarán presos por 15 años al ser considerados partícipes necesarios.
“Mantendremos viva tu memoria, seamos todos la voz de Fernando implorando justicia”, pidió la madre de la víctima en un video publicado en sus redes sociales.
La vida de los rugbiers en la cárcel
En la Alcaidía N°3 de Melchor Romero, los ocho condenados por el crimen de Báez Sosa tienen una rutina establecida y una dinámica que se mantiene desde que llegaron. “La convivencia entre ellos es normal. Continúan en el pabellón número tres, están detenidos de a dos en cada celda y siguen separados del resto de la población carcelaria”, explicó a TN una fuente del caso.
“Es deber del Servicio Penitenciario Bonaerense tenerlos alojados ahí, no es una concesión que están haciendo con ellos”, explicó Francisco Oneto, abogado de Thomsen, a este medio. Y agregó que ninguno de los condenados goza de beneficios, sino que simplemente se respetan sus derechos como detenidos.
“La Convención Americana de Derechos Humanos habla de la pena como resocialización. Así que a lo que le llaman privilegios, que es un buen alojamiento, una estadía libre de violencia y el acceso a los beneficios de la modernidad. En realidad eso es lo que está bien, así debería ser la cárcel”, indicó el abogado.
Los jóvenes realizan actividades recreativas en el patio, bajo la supervisión de un profesor de educación física. “También participan en talleres no formales, como de lectura y alfabetización jurídica”, agregaron fuentes de la causa.
La Alcaidía de Melchor Romero contempla un régimen cerrado y está dividida en dos sectores: uno para el alojamiento de la población masculina y otro para la femenina.