A pesar de tener una herida de arma de fuego en la sien, el domingo pasado a la madrugada Luis Eduardo Suárez (59) llegó a balbucearle algunas palabras a los policías que llegaron hasta su casa de la localidad cordobesa de Pampa de Olaen. Fue un diálogo inentendible pero quedó claro que quiso comunicarles algo a los efectivos. Sin embargo, en ese momento lo más importante era salvarle la vida y por eso lo trasladaron de inmediato al Hospital Domingo Funes, donde a pesar de los esfuerzos médicos, finalmente murió.
Cuando los uniformados llegaron a la vivienda de Suárez, ubicada en una zona rural cercana al municipio cordobés, se encontraron con que la víctima estaba rodeada de personas y en medio de un lugar lleno de botellas de alcohol. No había dudas que todos estaban participando de una fiesta (prohibida por estos días a raíz de la cuarentena obligatoria) y que de alguna manera, el hombre resultó con un tiro en la cabeza.
Los testigos, ente los que había familiares y algunos amigos, le indicaron en un principio a la policía que se había tratado de un suicidio pero para los efectivos algo no cerraba en esa versión y empezaron a indagar aún más. Es que el contexto de una fiesta, alcohol y una celebración de gente que se conoce entre sí generaron dudas.
Así, los investigadores de la Jefatura Departamental Punilla empezaron a tomarle declaración testimonial a los asistentes y fue ahí cuando aparecieron en escena una serie de contradicciones entre los testigos y la hipótesis del suicidio se fue diluyendo. Algunos, según señala el diario La Voz del Interior, se quebraron y revelaron detalles que le permitieron a la Justicia apuntar contra un sospechoso: Pedro Suárez, el hermano mellizo del hombre muerto.
Algunos de los invitados, según se supo, ya se habían retirado de la escena luego de escucharse el disparo y minutos antes de que llegara el móvil policial. Es decir, hay más personas que saben qué fue lo que pasó.
Sin embargo, con los elementos obtenidos, la Fiscalía de Cosquín, a cargo de Paula Kelm, con la asistencia de su par Gustavo Dalma, dictó la orden de captura del sospechoso, acusado por ahora del delito de homicidio calificado por el uso de arma de fuego, un revólver calibre 22. Falta por determinar si fue un asesinato de manera involuntaria o si se trato de un crimen intencional. De encontrarse algún motivo que pudo llevar Pedro a matar a Luis, el expediente sería recaratulado.
Ahora, los detectives tratarán de establecer cómo era la relación entre los dos hermanos para entender por qué uno de ellos habría decidido quitarle la vida a su mellizo. El supuesto autor se encuentra alojado en la Comisaría de La Falda a disposición de la fiscalía, que aún no le tomó declaración indagatoria.