La sucesión de Francisco, que debería ser guiada por el Espíritu Santo según la tradición, parece hoy más bien atrapada en una red de intrigas muy terrenales.
A pocas horas del funeral solemne del papa Francisco, un inesperado giro sacudió las reuniones pre-cónclave: dos cartas dejadas por el pontífice confirmarían la exclusión del cardenal Angelo Becciu de la elección del próximo papa, según reveló el diario italiano Domani.
El escándalo, que desde hace semanas amenaza con enturbiar el proceso de sucesión, tendría así una resolución clara. Según el medio, el cardenal Pietro Parolin habría mostrado personalmente a Becciu las cartas firmadas por Francisco, donde se establece su exclusión del cónclave, zanjando cualquier duda sobre su participación.
¿Quién es el cardenal Angelo Becciu?
Becciu, de 77 años, fue en su momento uno de los colaboradores más estrechos de Bergoglio como sustituto de la Secretaría de Estado, pero en 2020 cayó en desgracia tras ser acusado en un resonante caso de corrupción. Condenado a cinco años de prisión por el tribunal vaticano, fue despojado de sus derechos cardenalicios –entre ellos, el de votar en un cónclave– aunque conservó el título honorífico. Desde entonces, el purpurado mantuvo una activa campaña pública para limpiar su nombre, incluso iniciando acciones legales contra la revista L’Espresso, que reveló los escándalos, y alegando haber perdido su oportunidad de ser papa.
Las cartas secretas y el choque interno
Según Domani, Becciu insistió en que su exclusión no estaba formalizada, ya que no existían documentos oficiales. Esta situación generó un debate interno: el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, habría planteado la posibilidad de su reintegración, mientras que otros, como el camarlengo Kevin Farrell, recordaron la voluntad explícita del Papa de mantenerlo al margen.
La tensión creció en las congregaciones generales de esta semana, donde los cardenales deben debatir sobre la situación de la Iglesia antes de elegir al nuevo pontífice. Aunque estos encuentros están regidos por un estricto juramento de confidencialidad, las filtraciones fueron inevitables.
Finalmente, en un “golpe de escena” digno de una novela de Dan Brown, el cardenal Parolin mostró a Becciu dos cartas firmadas por Francisco: una fechada en 2023 y otra en marzo de 2025, poco antes del agravamiento de su enfermedad, ratificando su decisión irrevocable de excluirlo del cónclave.
Un clima tenso y divisiones expuestas
Pese a las evidencias, Becciu aún no habría anunciado si dará un paso al costado. Mientras tanto, algunos cardenales plantearon incluso la posibilidad de formar una comisión para evaluar su caso, según publicó Il Fatto Quotidiano. Entre los que apoyaron su exclusión están figuras como el cardenal Konrad Krajewski, mientras que otros, como Lorenzo Baldisseri y Fernando Filoni, expresaron su respaldo al purpurado sardo.
En este contexto, y a pesar del llamado a la prudencia y al silencio entre los cardenales, las divisiones internas ya son evidentes. Analistas advierten que el escándalo Becciu podría impactar directamente en las chances de los candidatos italianos, en un ambiente ya marcado por el nepotismo, la corrupción y las maniobras de poder.
¿Qué sigue?
Tras el funeral y los ritos de los “novendiales”, las congregaciones generales se retomarán el lunes próximo. Se espera que para entonces hayan llegado más cardenales, entre ellos el jesuita argentino Ángel Rossi, arzobispo de Córdoba y cercano a Francisco.
