“Cuando le cortaban el rostro, sin problemas, le decían que ahí está el nuevo ‘Guasón’, el villano del cine”, dijo Javier Lobo Aragón, representante legal de la familia del detenido que murió como consecuencia de las graves torturas que recibió por parte de sus compañeros de celda de la comisaría de Los Pocitos. Este es el tercer caso de muerte violenta de una persona privada de su libertad.
Víctor Hugo Herrera (38), según comentó su defensor, estaba a meses de cumplir la condena de tres años que había recibido en agosto de 2022 por un robo. El martes habría sufrido un salvaje ataque por parte de los otros detenidos. “Después de provocarle esa lesión, tomaron un elemento cortante y le hicieron dibujos obscenos en diferentes partes de su cuerpo. También lo quemaron con la intención de borrar las figuras que le hicieron”, añadió Lobo Aragón.
Javier Lobo Aragón (h) agregó: “cuando se cansaron de torturarlo, le pusieron harina en los ojos para evitar que vieran quién estaba por golpearlo. Luego, el líder de la celda le pidió a los otros que le pegaran patadas en el cuerpo y, el que no lo hiciera, recibiría el mismo castigo”. “Estamos investigando la versión de que el único detenido que salió en su ayuda haya sufrido cortes en sus genitales”, añadió.
El jueves, Herrera fue trasladado al hospital Padilla, pero los médicos no pudieron hacer nada para salvarle la vida. Falleció el viernes por la noche. “Acá hay dos situaciones que deben ser investigadas. Primero, la actitud que tuvo el personal de la comisaría en permitir que esa persona recibiera semejante castigo físico sin que se enteraran. Segundo, por qué no le brindaron asistencia médica por las lesiones que había sufrido”, analizaron.
El preso fallecido tenía numerosos antecedentes por robo. A partir de 2001, cuando aún era menor de edad, comenzó a tener conflictos con la ley. No trascendieron los motivos por los que Herrera estaba cumpliendo una condena en una comisaría, cuando las normas vigentes dijeron que debería estar en uno de los penales de la provincia. Al estar privado en una dependencia policial, los especialistas del Servicio Penitenciario no pueden realizar los informes para que pueda gozar de los beneficios que por ley le corresponden.
La investigación
Hasta el momento no se confirmó cuáles fueron los motivos del ataque. La versión que más fuerza cobró en las últimas horas es que Herrera se había apoderado de una tira de psicofármacos de un compañero de encierro. Al parecer, el consumo de sustancias era común entre los detenidos de esa comisaría. Cómo llegaba a sus manos, es una pregunta que todavía no fue respondida por las autoridades.
El fiscal Carlos Sale, en el inicio de la investigación identificó a tres de los detenidos que podrían haber participado en el caso. Por el momento no se los acusó formalmente, pero fueron trasladados hasta el penal de Benjamín Paz. Hasta el momento no hay ningún indicio que complique procesalmente a los policías que estaban prestando servicios en la comisaría. Fuentes del Ministerio de Seguridad informaron que se están realizando la investigación interna para determinar si algunos de los uniformados tuvo algún tipo de responsabilidad.
Este es el tercer caso de una muerte violenta de un detenido. La lista se abrió con el crimen de Walter Romano, registrado en enero en un calabozo de la comisaría de Banda del Río Salí. Por este hecho fue acusado de homicidio Jesús David Mansilla.
Sale investiga el fallecimiento en abril de Wilson Ruiz, un interno de Villa Urquiza que, según las autoridades murió de meningitis, pero los familiares aseguran que fue por los golpes que recibió por parte de guardiacárceles.