Mientras Yerba Buena enfrenta reclamos crecientes por servicios deficientes, obras paralizadas e inseguridad, su intendente Pablo Macchiarola continúa ausente. En lugar de estar gestionando, pasó el Día del Padre fuera del país y hoy se encuentra en Jordania, tras haber sido evacuado desde Israel en medio del conflicto bélico que sacudió a la región.
Desde la ciudad de Amán, Macchiarola ofreció una entrevista a La Gaceta donde relató su experiencia como parte de una comitiva oficial invitada por la embajada israelí. Sin embargo, en lugar de transmitir preocupación por su municipio, el intendente pareció más interesado en posicionarse como un analista internacional. Habló de alarmas, refugios, del “impacto emocional” de estar cerca de una guerra, y hasta elogió los sistemas de defensa de Israel.
Lejos de limitarse a describir su situación, el jefe municipal utilizó el espacio mediático para proyectarse políticamente, transformando su viaje en un intento de capitalizar una situación crítica. Con tono épico, aseguró que fue “una experiencia inolvidable” y destacó el valor de la paz, como si eso fuera consuelo para los vecinos de Yerba Buena, que siguen esperando una gestión presente y activa.
Su actitud generó malestar en muchos sectores: mientras se acumulan los reclamos por falta de recolección, baches, problemas de tránsito y obras inconclusas, Macchiarola parece más concentrado en su imagen pública que en las responsabilidades cotidianas del cargo que ocupa.
En vez de volver al municipio y ponerse al frente, el intendente continúa alejado, hablando de geopolítica y conflictos armados como si fuera un comentarista especializado. Y mientras tanto, Yerba Buena sigue sola, con un intendente más preocupado por su proyección que por su gestión.