Obras Interior
Inicio Mundo Al arrastrar a Trump a una guerra directa, Irán pone en juego...

Al arrastrar a Trump a una guerra directa, Irán pone en juego la propia supervivencia de su gobierno

none
Donald Trump se mete de lleno en la guerra en Irán (Foto: Reuters)

El ataque iraní a una base norteamericana en Qatar aumenta la tensión en el área. Cuál va a ser el rol de Rusia y China.

Ahora comienza una nueva guerra. Con el ataque misilístico iraní a las bases de Estados Unidos en Qatar, Teherán dejó de lado el conflicto binario con Israel y corre el riesgo de arrastrar a Donald Trump a un terreno que el presidente republicano no quería pisar.

Publicidad
Ruta 307

El gobierno de los ayatolá, debilitado por los bombardeos israelíes y el certero ataque norteamericano a sus plantas nucleares, decidió no cruzarse de brazos y responder la ofensiva estadounidense con una medida simbólica. Aislado y con sus grupos proxy con escaso poder de fuego, el régimen teocrático se juega su propia supervivencia en una guerra directa contra la primera potencia mundial y su poderoso socio estratégico en la región.

Publicidad
Consulta Pública plaza Urquiza

Pero el ataque iraní fue medido. Incluso, según The New York Times, Teherán avisó sobre el ataque a Qatar con antelación para minimizar daños y víctimas. El Pentágono dijo que los misiles balísticos de corto y mediano lanzados por Irán fueron interceptados.

Publicidad
App Ciudad SMT

Irán necesitaba una represalia para mostrar fortaleza interna. Pero el riesgo es muy grande. Trump podría meterse de lleno en el conflicto. Medio Oriente es ahora un escenario de guerra.

Publicidad
Nuevos Corredores Seguros

La soledad de Irán y el riesgo de un derrumbe interno

Irán está más solo que nunca. Viene sufriendo fuertes pérdidas no solo en la actual guerra, sino en su estrategia geopolítica de convertirse en el eje de poder de Medio Oriente como contrapeso a Israel y a Estados Unidos.

Ya no tiene a Siria de su lado. La caída de Bashar Al Assad en diciembre pasado dejó a Teherán sin su principal aliado en el área. Sus grupos proxy están diezmados. Hamas lucha por su propia supervivencia en Gaza, Hezbollah lame sus heridas tras la ofensiva israelí en el Líbano, y los huitíes de Yemen no tienen poder de fuego suficiente como para representar una seria amenaza. Los grupos chiítas de Siria e Irak tampoco representan un riesgo para el poderío de Washington.

El líder supremo de Irán, Ali Jamenei (Foto: Reuters)
El líder supremo de Irán, Ali Jamenei (Foto: Reuters)

Solo tiene detrás a Rusia y China. Parece mucho, pero el respaldo de estas dos potencias es más que nada diplomático y económico.

La ayuda que puede esperar Teherán de sus dos poderosos aliados es insuficiente para enfrentar esta aventura bélica.

Banner Tucumán Despierta

Moscú lucha su propia guerra en Ucrania y depende de los drones iraníes para continuar con su ofensiva. Además, sus autoridades económicas reconocieron que el país está al borde de la recesión. Necesita cada vez más hombres y armamento. De hecho, Irán es su mayor proveedor de drones.

Beijing depende del petróleo iraní y busca mostrarse ante el mundo como una alternativa al “matonismo” de la actual Casa Blanca. Está más interesado en la “provincia rebelde” de Taiwán y las islas del Mar Amarillo que disputa con Corea del Sur y Filipinas.

Teherán tiene la carta del cierre del Estrecho de Ormuz, pero esa medida desesperada significa no solo causar una crisis petrolera mundial, sino también pegarse un tiro en el pie. Por ese estratégico paso circula casi un tercio del crudo mundial y sus principales exportaciones.

En ese rubro, China recibe de Irán casi todo el petróleo que necesita para paliar su déficit energético. Beijing no está dispuesto a aceptar el cierre del estrecho de Ormuz porque dañaría en forma severa su propia economía.

En ese escenario, el gobierno de Ali Jamenei decidió enfrentar solo a Israel y EE.UU. Pero pone en juego su propia supervivencia. Si Estados Unidos decide atacar su infraestructura bélica y política, podría cumplirse el objetivo de máxima de Israel: acabar con el régimen de los ayatolá.

El propio Trump dijo el domingo, antes de los ataques iraníes, que el eventual derrocamiento del actual gobierno iraní está en sus planes. “No es políticamente correcto usar el término ‘cambio de régimen’, pero si el actual régimen iraní es incapaz de hacer a Irán grande de nuevo, ¿por qué no habría un cambio de régimen?“, publicó Trump en las redes sociales, antes de añadir la sigla “MIGA” (“Make Israel great again”).

Qué hará Donald Trump ahora

Trump sabía que una represalia iraní contra las bases estadounidenses en el área era una posibilidad latente. Pero no quería asumir ese escenario. Hay fuertes reparos contra un involucramiento estadounidense en la guerra entre su propia base de votantes y en el propio Partido Republicano.

Si bien el Pentágono anunció que los misiles balísticos de corto y mediano alcance lanzados por Irán fueron interceptados, Teherán podría arrastrar a Trump de lleno a la guerra. La Casa Blanca no puede mirar para otro lado. La represalia está ahora en el escritorio del presidente republicano. Debe decidir si atacar la maquinaria bélica iraní o da un paso más e ir por todo. No parece probable que se cruce de brazos.

El presidente estadounidense Donald Trump en la Casa Blanca en Washington el 21 de junio del 2025. (Carlos Barria/Pool via AP)
El presidente estadounidense Donald Trump en la Casa Blanca en Washington el 21 de junio del 2025. (Carlos Barria/Pool via AP)

Funcionarios de la Casa Blanca descartan una invasión terrestre que dejaría a los Estados Unidos inmerso en una nueva guerra en el terreno, prolongada, de difícil éxito y con una enorme pérdida de vidas humanas y recursos, precisamente todo lo que el propio Trump cuestionó en los últimos años de las administraciones demócratas. Los casos de Irak y Afganistán son ejemplos de lo que Trump no quiere repetir.

Pero Irán le devolvió el golpe, aunque sea de manera simbólica para consumo interno. La guerra abierta es casi un hecho. La Casa Blanca deberá sopesar ahora la fuerza de su contraataque. Por ahora, Israel y el propio EE.UU. vienen obviando en general los ricos yacimientos petroleros iraníes. Devastar sus centros energéticos podrían causar la reacción de China.

Rusia ya advirtió, a través de su canciller, Sergei Lavrov, que la situación es más compleja cada día. “La Tercera Guerra Mundial podría estar muy cerca”, alertó.

Fuente: TN

Comentarios