Tener una casa de material o machimbrada, pero bien sólida. Varias habitaciones. Que vivan cerca sus hijas e hijos cuando sean más grandes. Que hayan terminado de estudiar y que tengan trabajo. Nunca más piso de tierra, nunca más sin luz, sin cloacas. Nunca más tener una heladera apagada, porque no hay nada para comer. Almorzar los domingos todos juntos y que nadie se preocupe por no tener para comer. Tener trabajo y que no haga falta salir a cirujear. Ése es el sueño que tiene María Laura Sosa. La mujer de 38 años tiene cinco hijos, no cobra la Asignación Universal por Hijo por ninguno, y está terminando la secundaria en un nocturno. Sus hijos todavía no fueron a la escuela este año, a pesar de que las clases empezaron el 11 de marzo: no tiene para comprar útiles.
Ella es una de las 286.250 personas que viven en situación de pobreza porque sus ingresos no les alcanzan para cubrir sus gastos alimentarios y de servicios básicos. El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) reveló ayer que la pobreza afectó al 32,2% de la población urbana del Gran Tucumán-Tafí Viejo durante el segundo semestre de 2018. En la comparación interanual, el principal aglomerado urbano registra un incremento de 10 puntos porcentuales respecto del cierre de 2017. En otros términos, hay 93.750 pobres más que un año atrás. La indigencia también creció. Hubo 5.670 individuos más que no pueden siquiera reunir el dinero para alimentarse cotidianamente y salir del último escalón de la pirámide social.
Sosa había relatado hace dos semanas la situación carenciada en la que vive a LA GACETA. “Vinieron los agentes sociosanitarios que vienen siempre para hacer el control y ver que todos los chicos estén bien de salud. Me ayudan ahora para que vaya al dispensario y llene un formulario así pueda cobrar la Asignación Universal por Hijo (AUH) por los chicos que van a la escuela. Después tengo que llevar los papeles a la Anses, pero cuando los chicos estén yendo a la escuela”, comentó la mujer. Ella lleva años sin cobrar la AUH porque cuando debía renovar la documentación no podía pagar el boleto en colectivo. Sus niñas y niños forman parte del 35% de la población infantil de todo el país que es considerada indigente, de acuerdo con las mediciones oficiales. Casi mitad de las niñas, niños y adolescentes del país está bajo la línea de la pobreza.
Faltan camas
“Del Ministerio de Educación vino una trabajadora social para pedirme los datos e iniciar un expediente por los útiles, pero todavía no me trajeron la ayuda. Después de la primera nota sí se contactó un empresario de una línea de colectivos, que nos dio dinero para inscribir a mis chicos en la escuela y nos trajo útiles”, continuó la mujer. El el dueño de la firma -este diario se contactó con él pero pidió que no se difunda su identidad-, le dio trabajo a tres jóvenes del barrio, unos días a la semana, para tomarlos a prueba. “Tuvo un buen corazón y nos ayudó un montón, cuando él no tiene ninguna obligación. Ahora me faltan sólo unas mochilas y ya los puedo mandar a la escuela a los chicos”, continuó.
Sosa también necesita camas. En la casa son siete, y se las arreglan con dos camas: una ‘cucheta’ y una común. “Me faltarían tres camas más. Una trabajadora social que vino me anotó por cómo dormíamos, pero hasta ahora no supe nada más. La nena y el varón más chico duermen conmigo y mi marido, en una cama. En la cucheta duerme mi hija más grande, y en la de arriba mis otros dos varones”, contó. Ella comentó que cobra el plan Hacemos Futuro, por el que percibe unos $ 5.000 al mes.
“Estoy terminando la secundaria con el plan. Con eso pago la comida, pero no nos alcanza para comer todo el mes. Con lo que cobrará mi marido este mes, más lo que puede cirujear, más lo que nos toque cuando cobre la AUH, nos alcanzaría para comer todos los días”, dijo entusiasmada Sosa.
Afuera, una cuadrilla de agentes sociosanitarios sorteaba las calles embarradas para realizar el control casa por casa.
El último dato de Canasta Básica Alimentaria del Indec, que marca las familias que están bajo la línea de la indigencia, es de $ 9.780 (corresponde a febrero). Sosa contó que su marido se emocionó cuando volvió de trabajar: “siempre quise tener trabajo en una empresa. Siempre hemos querido tener para comer. No hay que bajar los brazos, hay que seguir adelante”, dijo el marido de Sosa a este diario. Sueñan con dejar de ser indigentes. Se conforman con ser pobres.
“Me gustaría que todos los chicos del barrio tengan útiles para ir a la escuela. Que mis hijos terminen de estudiar, que tengan trabajo, que vivan mejor. Que mis nietos -cuando me toque ser abuela- puedan estudiar en la facultad si así lo quieren. Que sean buenos chicos, buenos padres. Que siempre estemos cerca para ayudarnos”, imaginó en voz alta.
El sueño de tener trabajo
En la casa de enfrente vive la familia de María Eugenia del Valle Maltez. Hace dos semanas, ella le contó a este diario que sus hijas más grandes (de nueve y seis años) habían faltado a la escuela las primeras dos semanas de clases. Viven en una casilla de chapas viejas, madera y lonas. Piso de tierra. No tiene cloacas. Se cocina con leña o basura, y tiene agua de una manguera por una línea compartida. No tiene luz porque no podía pagar la boleta. No tienen heladera.
Ella se fue al hospital para hacer una consulta por la cardiopatía de su bebé, al turno se lo habían conseguido un día antes las agentes sociosanitarias del CAPS de Villa Angelina. “Mis hijas más grandes empezaron a ir a la escuela. El empresario que leyó las notas nos vino a ayudar y me dieron útiles para ellas. También me dio trabajo a prueba, así que estoy feliz; es una manito para darles una mejor crianza a mis hijos. Estoy más tranquilo. Como no sé leer ni escribir no consigo trabajo; eso me jode mucho, nadie te quiere dar trabajo si sos analfabeto”, contó a este diario el esposo de Maltez, mientras quemaba basura en el patio.
“Me gustaría tener trabajo, completar la escuela, que mis hijos terminen la escuela. Que no falten nunca, que aprendan todo lo que no pude aprender y que no tengan la vida que yo tengo. Que sean mucho más, que estén mucho mejor. Me gustaría que el barrio tenga pavimento y cloacas, en vez de este barrial de ahora, con el cordón cuneta mal hecho. Sueño con tener un trabajo y obra social. Tener una casa de material. Ahora, cuando hay una tormenta, como no es seguro, mando a mis hijos a la casa de mi suegra porque me da miedo. Nadie del Ministerio de Desarrollo Social se acercó para saber cómo vivo y ayudarme”, finalizó.
Situación en el país
Noreste (40,4%) y noroeste (34,5%), zonas más pobres
El Índice de Pobreza aumentó al 32% al término de 2018, contra el 25,7% que mostraba a fines de 2017, informó el Indec. En tanto, el Nivel de Indigencia aumentó al 6,7%, desde el 4,8% de finales del 2017. Estos niveles registrados en el segundo semestre del año pasado son incluso superiores a los del primer semestre, cuando el nivel de pobreza alcanzaba al 27,3% de las personas, y el de la indigencia, entendida esta como pobres que ni siquiera tienen para comer, 4,9%. Con una población estimada en 44 millones de habitantes, la pobreza estaría afectando a 14 millones de habitantes, unos dos millones más que en 2017. Además, entre los pobres, se encuentran casi tres millones de personas que son indigentes. El índice del 32% del Indec se colocó por sobre la medición de la Universidad Católica Argentina (UCA), que la ubicó a fines del año pasado en el 31,3%. Entre las ciudades con mayor pobreza se encontraron Corrientes con el 49,3%, Concordia 41,9%, Resistencia 41,4%, Santiago del Estero 38,9%, Salta 37,7%, Córdoba 36,5% y el Gran Buenos Aires con el 35,9%.
Con respecto a las regiones, las cifras más altas se registraron en el Noreste (40,4%), el Noroeste (34,5%) y la Pampeana (32,1%). Por debajo del promedio están Cuyo (31,5%), Gran Buenos Aires (31,3%) y la Patagonia (24,9%). (Télam)
Dante Sica: “confirmamos y mantenemos el rumbo económico”
El ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, dijo que el Gobierno nacional confirma y mantiene el rumbo económico, tras conocerse el índice de pobreza del 32% del segundo semestre.
“Confirmamos y mantenemos el programa económico”, aseveró el de 2018ministro ante una pregunta referida a si el Gobierno realizará cambios en sus políticas tras el informe. La reafirmación de las políticas económicas de Sica se dan en el mismo sentido que lo hicieran en las últimas horas el presidente Mauricio Macri y el jefe de Gabinete, Marcos Peña, al asegurar que las medidas adoptadas “van a permitir una recuperación sostenida y un crecimiento mucho más estable”. “Las acciones y el rumbo que tomamos, las correcciones que llevamos adelante y los temas que abordamos para reducir la incertidumbre a través del programa financiero, cambiario y fiscal nos van a sacar definitivamente hacia un sendero de recuperación, aunque sea más moderada pero más estable”, dijo el ministro. Sica reconoció que la economía argentina “todavía está viendo números que son resultado de la crisis”, pero confió en que “el camino elegido es el que va a sacar al país definitivamente adelante”.
Además, repasó el contexto que atraviesa la economía, al que definió como “un momento en el que el mundo se mueve” y “un año de incertidumbre electoral”. (Télam)
Actividad económica
Registró la novena baja en forma consecutiva
La actividad económica en su conjunto bajó 5,7% en términos interanuales, pero subió 0,6% en relación a diciembre, informó el Indec.
La caída de 5,7% en el Estimado Mensual de la Actividad Económica (EMAE), si bien resultó la novena baja interanual consecutiva, también fue levemente inferior a las retracciones de 7,5% de noviembre y 6,6% de diciembre. Las bajas más pronunciadas se observaron en comercio mayorista y minorista con el 12,3%; industria manufacturera 10,1%; construcción 7,8%; sector financiero 7,5%; transporte y comunicaciones 5,2%, entre otras. Las subas que se registraron fueron estas: sector pesquero (+10,2%) y agro (+8,9%). El año pasado, la economía cerró con una baja del 2,5%, según el Indec.
Por otro lado, el Índice de Salarios aumentó en enero 3,1% en relación con el mes previo, motorizado por un alza de 3,5% del sector privado registrado, informó el Indec. En el caso de los estatales y de los trabajadores del sector privado no registrado, el incremento fue de 2,6%, por debajo del promedio.
Con esta suba, el Índice de Salarios se colocó por encima de la inflación minorista de enero, que había alcanzado el 2,9%, de acuerdo a la medición del Índice de Precios al Consumidor (IPC), de la Ciudad de Buenos Aires. (Télam)
Stanley: el esfuerzo para revertir la crisis “no alcanza”
El Gobierno nacional realiza una “autocrítica” y una “revisión” permanente de sus políticas para mejorar la situación de los más afectados por la crisis, indicó la ministra de Salud y Desarrollo Social, Carolina Stanley, al referirse a las mediciones de pobreza.
La titular de la cartera social señaló que lo hecho hasta el momento por el Gobierno nacional “no alcanza” para revertir los índices de pobreza, pero aseguró que en el gabinete hay “no sólo autocrítica sino revisión de la situación para mejorarla”.
“Hoy es un día triste”, dijo la ministra, pero aseguró que el presidente Mauricio Macri y los miembros de su gabinete tienen el compromiso de “decir la verdad, hablar del tema y trabajar todos los días para poder reducir la pobreza y mejorar la calidad de vida de los argentinos”.
En ese sentido, reiteró que “el Gobierno nacional trabaja el tema de la pobreza desde cada ministerio y considera la pobreza en todas sus dimensiones”, al detallar los programas implementados durante su gestión y las ampliaciones presupuestarias, a pesar de las restricciones fiscales.
“Pobreza cero, más allá de haberlo mencionado en la campaña, tiene que ver con un objetivo, un horizonte, una forma de trabajar”, afirmó la ministra ante una consulta de la prensa, y explicó que el índice de pobreza del Indec “se mide por ingresos del último semestre y toda la crisis vivida el año pasado impactó en ese sentido”, (Télam)