El mismo día que los peritos forenses analizaron en la ex ESMA el cadáver hallado el 15 de agosto en Villarino Viejo, y que podría tratarse de Facundo Astudillo Castro, desaparecido el 30 de abril en esa zona del sur bonaerense, la jueza federal María Gabriela Marrón ordenó un allanamiento en la Unidad Policial de Prevención Local (UPPL) de Bahía Blanca porque se comprobaron irregularidades en los movimientos de un patrullero de la Policía Bonaerense, acusada por la familia del joven de 23 años del delito de desaparición forzada.
A partir del sistema de geolocalización, los investigadores detectaron que el móvil policial estuvo el 8 de mayo -es decir, nueve días después de la desaparición de Astudillo Castro- muy cerca de donde se encontraron los restos de un hombre joven el pasado 15 de agosto. El dato inquietante agregado es que ese mismo día del mes de mayo la policía Siomara Flores, que declaró haber llevado en su auto a Facundo desde Mayor Buratovich hasta Teniente Origone -es decir, entre la primera infracción que le labraron al joven por haber violado el aislamiento y la segunda- borró el WhatsApp de su teléfono celular.
Flores, de 25 años, es pareja de un jefe policial de la zona y, además, es hermana de la agente Jana Curuhinca, quien junto a Mario Sosa detuvieron en Buratovich a Facundo, lo llevaron a la comisaría y le sacaron la famosa foto donde se lo ve de espaldas, frente a una camioneta policial.
Después, siempre según su versión, lo dejaron seguir y ahí fue cuando Flores declaró que lo llevó en el Chevrolet Corsa particular de su papá hasta el siguiente pueblo, Teniento Origone, donde supuestamente un vecino lo vio “tirado” en la ruta y lo fue a interceptar el policía Alberto González, quien le labró la segunda infracción y declaró que desde allí lo levantó la “testigo H” camino a Bahía Blanca.
Las declaraciones de los policías fueron cuestionadas desde el primer día por la querella. Los abogados de la mamá de Facundo, Leandro Aparicio y Luciano Peretto, sostienen que algo pasó ahí entre los policías y Facundo, que a la testigo H “le plantaron un Facundo” falso. Su hipótesis la sostienen a partir de la declaración de tres testigos que afirmaron ver al joven como si lo estuvieran por subir a una camioneta de la Policía entre estos dos pueblos. Y del hallazgo de un souvenir que habría pertenecido a Facundo en el destacamento de Origone, a donde supuestamente Facundo nunca fue llevado.
“Ese mismo día borró su WhatsApp y su Facebook por razones que, según expresa, tienen que ver con que la hostigaban o según refiere en el texto en el que le dice a los amigos tienen que ver con su hijo y diversos problemas personales. El relato aparecería en el contexto sincero. Pero lo analizaremos porque con lo que tenemos solo vemos una coincidencia. Es un tema a chequear”, confiaron fuentes del caso a Infobae, aunque admitieron que el lugar donde se habría ubicado el patrullero en Villarino Viejo “no es tan cerca” de la zona del hallazgo.
Según informó oficialmente la Justicia en el sitio fiscales.gob, la auditora sumarial de la Auditoría General de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires remitió el informe realizado por la Dirección General de Asistencia Operacional de ese organismo respecto de la geolocalización por AVL de la totalidad de los móviles que se hubieran posicionado sobre la zona comprendida entre las coordenadas -38. 752532 -62.448676, ruta Nacional N° 3, entre las localidades de Teniente Origone y General Daniel Cerri y sus adyacencias, desde el 30 de abril al 15 de agosto pasados.Un móvil policial en Mayor Buratovich (Lihueel Althabe)
“En las actuaciones remitidas se informó durante el análisis se detectó un movimiento inusual y sospechoso del móvil patrullero Toyota Etios, asignado a la Unidad Policial de Prevención Local (UPPL) de Bahía Blanca”, dice el informe, que explica que las señales de GPS emitidas por el patrullero referido darían cuenta de un recorrido efectuado el 8 de mayo pasado a varios kilómetros alejado de su rutina y en cercanías del lugar dónde se produjo el hallazgo de restos humanos el 15 de agosto pasado, y, lo que es aún más inquietante, “advirtiéndose anomalías en los registros”.
Eso motivó al fiscal Santiago Ulpiano Martínez a pedirle a la jueza Marrón allanamiento Puesto de Policía mencionado y el secuestro del móvil en cuestión, “con el objeto de proceder a su registro y posterior pericia del funcionamiento del GPS”. También se determinó la incautación de los libros de guardia de ese destacamento donde deberían figurar los movimientos y los agentes que prestaron servicio o tenían asignado el móvil el 8 de mayo pasado; los teléfonos celulares pertenecientes a esos agentes policiales, los dispositivos electrónicos del lugar, handys, anotaciones y cualquier otro elemento que pueda resultar de estricto interés para la investigación.
La fiscalía también pidió al Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires que aportara las modulaciones de las comunicaciones del patrullero referido e individualizara cuáles son los móviles asignados a esa UPPL de Bahía Blanca y, finalmente, que realice la geolocalización por AVL de todos los móviles de esa repartición que se hubieran posicionado sobre la zona comprendida.Cristina Castro junto a sus abogados, Luciano Peretto y Leandro Aparicio
También se requirió a la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) que aporte las fotografías satelitales de alta definición que estén en sus registros correspondientes al lugar ubicado, correspondientes al 8 de mayo pasado. Para eso, viajarán a Bahía Blanca especialistas del área de Ciberdelito de la PFA para practicar las medidas que podrían surgir de esta línea de investigación.
Marrón le pidió al Centro Único de Monitoreo de la Municipalidad de Bahía Blanca que, en el término de 24 horas, presente las grabaciones de las cámaras de seguridad que se encuentren en cercanías a la UPPL ubicada en el Barrio Noroeste de esa ciudad correspondientes al 8 de mayo pasado.
Las novedades se dan el mismo día que un equipo de peritos forenses analizó los restos en la sede del Equipo Argentino de Antropología Forense en la ex ESMA. El análisis duró varias horas. Una fuente que estuvo en el peritaje confió a este medio que se trata de un “hombre joven de 20 años” y que habría muerto “por asfixia”, aunque esa información no pudo ser corroborada con otras fuentes.
Se estima que los resultados del análisis genético para determinar la identidad del cadáver estarán dentro de 10 días, luego de que envíen una muestra de hueso al laboratorio del EAAF en Córdoba.