Es apremiante la situación en la que se encuentran los establecimientos gastronómicos en Tucumán en medio de los rumores que aseguran que la cuarentena, o bien se mantiene en la fase 3, o termina de retroceder a la fase 1 del aislamiento social más estricto. A diario trascienden las noticias de que bares emblemáticos de la ciudad de San Miguel de Tucumán cierran sus puertas para siempre debido a que ya no pueden subsistir.
Esto da cuenta de cuántos otros emprendimientos de este tipo, pero más pequeños y sin tanta visibilidad, se han perdido y cuántos otros más desaparecerán en los próximos días. Y es que la existencia de la cuarentena en nuestra provincia ha sumido en la desesperación a cientos de locales gastronómicos y dejado a cientos de familias sin la posibilidad de tener su sustento diario, generando todavía más desesperación en la gente.
Uno de los aspectos en los que se hace hincapié desde el sector gastronómico pasa por marcar el fracaso de la política sanitaria del gobierno de Manzur. De hecho, la falta de control en lo que fue el acceso a la provincia de parte de quienes transportan los insumos y productos que se consumen en Tucumán. Luego, en la imposibilidad de concientizar a la sociedad en lo necesario que fue desde el primer momento evitar situaciones de contagio.
Pero también, el peso específico que tiene la presión tributaria en Argentina y, en especial, en Tucumán, ha contribuido a que los emprendedores gastronómicos terminen de bajar los brazos. Y es que no hay recursos para seguir dando batalla en medio de una pandemia que hace estragos, a lo que se suma la decisión política de cerrar locales en los que no se constató hasta aquí que hayan sido motivo de expansión del virus.
En los últimos días, desde el Comité Operativo de Emergencia (COE), se viene hablando de que podría brindarse la posibilidad de que los bares y restaurantes pudieran abrir. Pero, a cambio, desde las autoridades sanitarias se exigiría la implementación de protocolos que harían directamente inviable la realización de una actividad a la que no le alcanzará con la puesta en escena de unas cuantas mesas al aire libre.
Además, off the record, los empresarios saben mejor que nadie que desde el COE citan a todos los actores del sector productivo para contentarlos con recibirlos y les brindan cantos de sirena que ya conocen. Luego, la realidad es que no se procede a implementar las medidas necesarias que requieren desde los distintos sectores productivos de la provincia. Todos esto confluye en que los empresarios bajen los brazos.
De esta forma, el cierre de emprendimientos gastronómicos seguirá siendo una constante en las próximas semanas si no se modifica la realidad. El coronavirus vino para quedarse por un tiempo en el que habrá que convivir necesariamente con la pandemia. Resta que la clase política, en su totalidad, puedan llegar a entender que el sostenimiento de la cuarentena, tal cual está plasmada ahora, no hará más que generar desocupación y mayor pobreza.