Con la pandemia de coronavirus afloraron todos los problemas que hay en las provincias argentinas en cuanto a la conexión de Internet. De esta manera, surgieron historias de chicos que hacían malabares o sacrificios para poder enviar sus tareas escolares.
Es el caso de la cordobesa Romina Oviedo, de 11 años, quien es alumna de la escuela Rural Leopoldo Lugones en Lutti, Córdoba.
La nena caminaba 3 kilómetros subía hasta una loma con sus útiles. Su historia conmovió, se viralizó y recibió ayuda.
La docente de plurigrado -desde nivel inicial hasta sexto año- se tuvo que reorganizar e ingeniar para no perder el contacto. Lo hizo desde su casa en La Cruz, a 40 kilómetros de Lutti. “Les enviaba semanalmente la tarea por whatsapp, y luego ellos me respondían con las actividades completas. Los llamaba para dar devoluciones”, le cuenta a Infobae.
“Romina había improvisado un pupitre sobre la pirca del monte. Tenía sus útiles, lápices, mochila todo…como en clase”, relata la maestra que no pudo contener las lágrimas. “Pensé ¡qué compromiso, qué voluntad de progreso! Tanto ella como su madre me podrían haber dicho ‘mirá no tenemos acceso’ o ‘no podemos seguir con las tareas por tal o cual razón’, y en estos meses jamás pusieron una excusa. Caminaban tres kilómetros diarios con sol o lluvia”, dice emocionada.
La imagen viral emocionó a un grupo de proveedores de Internet independientes que se unieron para llevarle el servicio a su casa. No fue fácil poner el plan en marcha. Los especialistas tardaron cuatro días trasladando todas las herramientas necesarias. Fue un viaje de cuatro horas, de las cuales dos son por rutas de ripio. Pero lo hicieron. Y el esfuerzo valió la pena.