Finalmente el Gobierno decidió formalizar el diálogo político. Tras el envío de la carta que realizó el Presidente, hoy comenzaron las reuniones bilaterales para avanzar en el acuerdo que propuso a sectores de la oposición, líderes empresarios, gremios e Iiglesias.
El primero en ser citado fue el gobernador de Chaco, Domingo Peppo, quien se reunió cerca de este mediodía con el principal interlocutor del oficialismo con las provincias, el ministro del Interior Rogelio Frigerio. El mandatario se retiró de la Casa Rosada sin hacer declaraciones. Aunque ya había avisado en la previa que iba a pedir agregar dos propuestas a lista de diez puntos que había planteado Macri.
“Hay dos cosas que me gustaría incorporar que tienen que ver con la realidad actual del país: uno es el tema tarifario y otro la posibilidad de congelar despidos, porque esto también hace a la incertidumbre”, anticipó Peppo en radio Cultura, antes del encuentro.
Desde el Gobierno se mostraron receptivos ante la preocupación del gobernador, que aprovechó la reunión para detallar el cuadro de la situación por las inundaciones que afectan a su provincia; y pidió que se apuren las obras. “A los mercados tenemos que transmitirles confianza. Varios de estos puntos ya están expresados en lo que firmamos en el Pacto Fiscal, son una ampliación de ese acuerdo. Pero hace bastante tiempo vengo reclamando un gran acuerdo nacional. estructural y que mire hacia adelante. Y creo que hace falta esa voluntad política de acompañar este acuerdo, expresarlo y despejar dudas”, dijo Peppo tras verse con Frigerio y al arribar a la Casa del Chaco.
Más tarde, hará lo propio el entrerriano Gustavo Bordet. Y luego desembarcará un presidenciable: el diputado de Unidad Ciudadana,Daniel Scioli, quien le entregará a Frigerio sus propuestas para un acuerdo político.
De los tres dirigentes, el Gobierno destacó el espíritu constructivo que mostraron ni bien Macri envió la carta, más allá de las indisimulables diferencias partidarias que los separan.
El inicio “formal” de las conversaciones dio por finalizada una discusión interna que se generó en el Gobierno luego de que trascendieran las negociaciones con los dirigentes de la oposición. Es que había sectores del Gobierno que señalaban que el diálogo no iba a implicar la convocatoria a las partes, ni el trazado de reuniones formales.
En los próximos días, se espera que más gobernadores pasen por Casa Rosada.
Mientras la respuesta de Cristina Kirchner se hace desear, el Presidente encomendó a su mesa política que intente profundizar las conversaciones con los dirigentes a los que convocó a definir “un acuerdo básico” que “permita darle mayor tranquilidad a los argentinos” y “despejar algunas de esas dudas que existen sobre nuestro país”.
Así, mientras Frigerio y el jefe de Gabinete, Marcos Peña, se centran en los contactos con los gobernadores, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, se encarga del diálogo con el líder del Frente Renovador Sergio Massa.
Por el momento, no hay conversaciones con Cristina. El único que podría intentar un acercamiento es el titular de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó; a través del vínculo que cultivó con Máximo Kirchner y otros legisladores del riñón de la ex mandataria.
Pero sin ninguna señal de Macri, Monzó decidió mantenerse al margen del acuerdo.
De todos modos, la reacción del cristinismo a la propuesta que hizo Macri terminó de convencer al Gobierno de que Cristina no aceptará sentarse a dialogar y quedará aislada.
Otro capítulo aparte es el de Roberto Lavagna. El ex ministro de Economía contestó la carta de Macri, en la que remarca que “la búsqueda de consensos es central y no debe buscar posicionamientos electorales”, y evitó pronunciarse respecto a si acudiría a una convocatoria del Gobierno. Pero según pudo saber Clarín, tras la llamada de Macri, hubo contactos entre algunos dirigentes de su espacio y funcionarios nacionales.