El coronavirus no da tregua en Tucumán, mientras las autoridades del ministerio de salud, sólo atinan a observar cómo la provincia se asoma al abismo a velocidad crucero. Y es que, en el caso de que se mantenga el ritmo de contagios registrado a la fecha, el distrito llegaría en menos de tres semanas a un total de 60.000 contagios, al tiempo que registraría unas 1.000 muertes a causa del virus que provino de China.
Esta posibilidad genera preocupación en el ámbito sanitario local, luego de que las autoridades tuvieron el tiempo necesario como para prever el desastre en el que se encuentra sumida la provincia. Y es que el incremento del número de casos no vislumbra una curva estabilizada o amesetada, como osó declarar la ministra de Salud, Rossana Chala.
Muy por el contrario, lo que se observa es una pendiente ascendente, al punto de que ayer fue por lejos el día récord en materia de contagios. Ya no sólo se superó en un par de días la barrera de los 100 contagios diarios, sino que, además, existe el riesgo de que pronto se alcance la cifra de 1.500 casos positivos de COVID-19 en una sola jornada. Algo que no pareciera ser descabellado en un contexto como el actual.
En apenas 2 meses, la cantidad de contagios se multiplicó por la espeluznante cifra del 65,6% en una epidemia que, lejos de estar controlada, amenaza con echar por tierra el delicado sistema sanitario de Tucumán. Como si esta realidad no resultara lo suficientemente grave, se conoció también que en Tucumán se incrementó la cantidad de casos moderados y severos en materia de coronavirus, cuando hasta hace poco la mayoría eran asintomáticos.
En ese marco, para no colapsar antes de tiempo las instalaciones de los hospitales públicos, ya se ha procedido a trasladar a pacientes que incluso necesitan oxígeno, hasta las instalaciones modulares. En los mismos, hasta hace poco se controlaba a personas que no tenían síntomas demasiado notorios. Mientras que ahora son utilizados para aliviar algo la saturación que existe en los nosocomios de la provincia.
Además, las autoridades sanitarias se encuentran preocupadas por la más que clara posibilidad de que se produzcan reuniones familiares por el Día de la Madre que se celebrará el próximo domingo. Y es que temen que esto puede producir, al poco tiempo, mayor cantidad de brotes acelerando todavía más la curva de contagios. Mientras tanto, desde Gobierno sólo atinan a repetir como una suerte de letanía los cuidados que son necesarios tener.
El peligro de que la situación se desmadre y termine de salirse de control, es una realidad más latente que nunca. En ese contexto, desde el Gobierno provincial sólo apuntan a que la intercesión divina impida que la cantidad de personas que requieran atención médica sea tan grande que el sistema, tanto público como privado, no den abasto y tengan que elegir a quién atender como en las impactantes imágenes que se observaron en Europa.
