La política cada vez se convierte en más relato o verso, que en realidad. Así lo demostró el Gobierno nacional, habilitando una nueva suba en los combustibles. De más está decir que este incremento significará una presión adicional a la inflación, pero cabe recordar que ya en el mes pasado de octubre, el propio oficialismo ya había dado luz verde para que subiera el valor, por lo que en un par de meses significa un incremento del 6%.
Estos aumentos en el precio de las naftas, en el surtidor no harán más que agravar aún más la situación económica en la que se encuentra la población. Sin embargo, no parece ser algo que desvele a Alberto Fernández o a Cristina Kirchner. Por el contrario, el aumento de parte de la empresa cuyas acciones mayoritarias las posee el Estado argentino, no es más que obra del propio oficialismo que hace ahora lo que criticaba antes.
Como si esto fuera poco, el aumento al que habilitó el Gobierno nacional a la empresa estatal, hizo que las demás compañías privadas también aumentaran rápidamente el precio de sus combustibles. Un aumento en la nafta nunca pasa desapercibido, debido a que se trata de un bien esencial a la hora de decidir otras subas. Y es que no es demasiado difícil imaginar las consecuencias que traerá aparejado este incremento.
¿Cuánto tiempo tardarán los empresarios del transporte para llorar en los medios de comunicación que se verán nuevamente en aprietos para hacerle frente a sus obligaciones respecto del estado de los colectivos y el sueldo de los choferes? Será la excusa perfecta para presionar nuevamente por un aumento en el precio del boleto, en momentos en los que el bolsillo cada vez se encuentra más saturado.
Además, el impacto en la economía diaria de aquellos particulares que utilizan su propio automóvil para trasladarse hacia sus trabajos verán aún más enflaquecidos sus presupuestos. Es decir, se trata de un nuevo y certero golpe al bolsillo de la clase media, la misma que debe cargar sobre sus hombros el peso de una presión impositiva cada vez más grande mientras que no recibe jamás servicios de calidad.
El Gobierno nacional no parece tomar nota de que este aumento en la nafta también repercutirá en el mes de diciembre, el más caliente del año a la hora de poder terminar en paz un 2020 signado por la pandemia y la crisis social y económica. Y es que claramente el oficialismo está dispuesto a llevar adelante un ajuste justo en el momento más complicado del año y a pedido del FMI, como obediente cumplidor de órdenes. Analistas económicos vaticinan un 2020 con una inflación cercana al 40% y sólo por el hecho de que muchos precios se encuentran pisados. Sin embargo, en el caso de liberarse para el año que viene, la inflación se ubicará muy cerca del 50%. ¿Qué salario se actualizará a ese nivel con la crisis económica? Sin embargo, pocos parecen prever lo difícil que será el año que viene, con o sin vacuna, cuando todavía no termina el actual y crítico 2020.
