Los vecinos del barrio Parque están tan acostumbrados a la inseguridad como en cualquier otro lugar de la ciudad. Tanto que se organizan hasta para esperar en colectivo en las entradas de sus casas, así evitan ser asaltados. Pero aún así, lo que pasó el domingó los dejó consternados.
Horacio Racedo, de 39 años estaba en la vereda, charlando con un amigo, cuando fue apuñalado por un solitario ladrón que aprovechó unos segundos que se quedó sólo para intetar robarle el celular. La escena fue presenciada por un taxista que siguió al delincuente hasta que se perdió en La Costanera.
El herido fue trasladado al hospital Centro de Salud donde tuvieron que operarlo para salvarle la vida, debido a la gravedad de las heridas que sufrió, en especial la segunda, que le provocó serios daños en la zona abdominal.
El brutal ataque tuvo lugar en la esquina de Mario Bravo y pasaje Borges. A sólo una cuadra de ese lugar, ese mismo día, de nadrugada, otra vecina fue atacada por una pareja de motochorros. El varón la hizo arrodillar y le apuntó a la cabeza mientras la mujer le decía que la matara.
Esa otra vez los gritos de los vecinos fueron los que ahuyentaron a los malvivientes. En ninguno de los casos actuó la Policía que, según los vecinos, brilla por su ausencia, salvo por esos dos o tres días que suele dejarse ver después de un caso grave de inseguridad como el de Racedo.
Para ellos el barrio Parque quedó fuera de todo. De los cuadrantes que se implementaron para prevenir sucesos delictivos, y del programa de acercamiento a la comunidad, que nunca pasó por ahí, aún cuando ellos están a apenas dos cuadras de La Costanera, zona roja si las hay en este inseguro San Miguel de Tucumán.