Luego de que en los últimos días aumentaran de forma drástica nuevamente los casos de contagio por coronavirus en el país, y sobre todo en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), existe la posibilidad de retomar las restricciones que tuvieron lugar a mediados de marzo. Es decir, que el Gobierno nacional no descarta implementar nuevamente la cuarentena para que el aislamiento social impida que se incrementen los contagios.
De esta manera, el oficialismo volvería con una receta que no fue más que un fracaso durante la mayor parte de este 2020 en el que fue implementada. Sin embargo, el gobierno se empecina en insistir con la puesta en marcha de restricciones que, lejos de impedir que aumenten los contagios y evitar muertes, sólo acabó con la poca matriz productiva que le quedaba al país dejando a la economía destruida y profundizando la recesión.
No obstante, el oficialismo se da el lujo de asustar la población acerca de que no le temblará el pulso a la hora de volver a implementar la cuarentena de ser necesario. Y es que el temor a que la segunda ola de COVID-19 llegue antes de tiempo y con mayor virulencia que la primera, es lo que paraliza al Frente de Todos a la hora de pensar otro tipo de estrategia a utilizar en vez de encerrar nuevamente a la gente hasta nuevo aviso.
En ese marco, el sector del turismo prende velas para que al oficialismo no se le ocurra avanzar con una idea a todas luces descabellada. Y es que, si se decidiera implementar nuevamente un confinamiento, el turismo definitivamente desaparecería como industria y generadora de trabajo. Desde este medio señalamos hace un tiempo que se trata de un sector que en el mundo entero fue de los más afectados por la pandemia de coronavirus.
Además, el hecho de haber cerrado las fronteras para los países limítrofes y otros de Europa afectados por la nueva cepa de COVID-19, implica la imposibilidad de que a este sector le ingresen divisas extranjeras, sobre todo dólares. En ese sentido, los empresarios saben que en esta temporada veraniega trabajarán a pérdida y que quizás ni siquiera lleguen a empardar los gastos de inversión que tuvieron que realizar.
A esto se le suma también la indolencia de algunas personas que no toman las correspondientes medidas de seguridad, como la higiene de manos, el distanciamiento social y la utilización de tapabocas. Ese comportamiento termina siendo funcional a la rápida propagación del virus y al hecho de que desde el Gobierno nacional se piense nuevamente en implementar una especie de cuarentena a pesar de que ya se demostró ser ineficiente.
De esta manera, se cierra un 2020 de terror para la economía en general y para el turismo en particular a causa de la pandemia mundial de coronavirus, como si también de la pésima política sanitaria administrada por el Gobierno nacional. Lo peor del caso, es que el 2021 comenzará con la misma incertidumbre con la que se atravesó la mayor parte de este año y con la amenaza latente del adelantamiento de la segunda ola de COVID-19 con lo que eso implicaría.
