El reconocido analista político Jorge Asís, apodó al gobernador de Tucumán como “menemcito”. El tiempo le dio la razón cuando la sociedad entera puede comprobar cómo por medio de sus acciones, el titular del Poder Ejecutivo de la provincia es el heredero del ex presidente de los 90. Y es que en el teatro en el que se convirtió la política, Manzur se disfraza de peronista pero actúa como neoliberal.
De esta manera, una nueva estafa se habría consumado sobre el electorado, particularmente sobre los votantes del justicialismo, pero también sobre la totalidad de la población. Y es que el pueblo eligió supuestamente a un gobernador “peronista”, por lo menos eso es lo que figuraba en la lista. Sin embargo, en los actos terminó demostrando que en realidad se trata de un gobierno neoliberal el que conduce Juan Manzur.
Y es que en realidad el mandatario provincial no gobierna para el pueblo, sino para el beneficio de los empresarios, es decir, aquello que tanto le criticaron a Mauricio Macri cuando estaba en el poder, es lo mismo que hacen Juan Manzur y compañía en el gobierno. El gobernador beneficia a empresas como EDET, sin importarle el trabajador que pone todo el lomo cual esclavo en Egipto para mantener la provincia.
Pero también el gobernador siempre está al lado de los empresarios de otros sectores, tal es el caso de los colegios privados. Manzur de forma rápida corrió para concederles el aumento de cuotas que querían y así continuar destruyendo la economía de los hogares. De esta forma, es el gobierno de Manzur, uno de tinte empresarial dispuesto a socorrer a los empresarios, que son el público para quien gobierna en realidad.
Entonces, se trata de una administración peronista que no gobierna para los trabajadores. Tal vez el general Juan Domingo Perón se revuelque en su tumba cuando sepa que Manzur no es su heredero, sino que sigue la línea neoliberal de Carlos Menem. Lo peor de todo, es la falta de visión, la carencia de empatía y la ausencia de sensibilidad de parte del gobernador tucumano, que no considera que el 2020 fue todo lo opuesto a un año extraordinario para la economía.
Pareciera que Manzur padece de amnesia para haber olvidado que el coronavirus golpeó y fuerte al mundo entero, sobre todo, a países como la Argentina con un aparato productivo destruido. Entonces actúa como si no tendríamos una pandemia encima, como si no hubieran bajado las persianas cientos de miles de comercios, como si los empleados estatales estarían con sus sueldos actualizados en lugar de congelados y no habrían perdido con la inflación.
Pero cuando se trata de los empresarios, rápidamente Manzur recupera el sentido y corre presuroso a seguir dándoles aumentos para que puedan seguir agrandando sus arcas. Entonces, el gobernador se saca el traje de peronista con el que llegó al poder y convierte a su administración más bien en un gobierno oligarca, de esos que privilegian a quienes más tienen y perjudican a los más necesitados. En definitiva, una muestra más de la hipocresía del gobierno de Tucumán.
