En las últimas horas comenzó a tomar fuerza la posibilidad de que el Gobierno nacional evalúa la postergación de las elecciones, ante el temor de una derrota electoral. Es la conclusión a la que podría haber arribado ayer en el oficialismo, luego de la reunión que mantuvieron Alberto Fernández, Máximo Kirchner, Sergio Massa, Santiago Cafiero y Eduardo “Wado” De Pedro. Pero eso no es todo.
Y es que en la reunión que se llevó a cabo ayer, los funcionarios trazaron un panorama del año electoral y, atado a todo eso, evaluaron, como una nueva opción, la posibilidad de postergar la fecha de las elecciones legislativas de este año. Cabe recordar que, hasta ahora, el calendario electoral dicta que las primaras se deben celebrar en agosto, mientras que las generales están previstas para octubre.
En ese marco, el Presidente y los socios de la coalición de gobierno nacional conversaron la posibilidad de correr las primarias para la última semana de septiembre y las generales para noviembre. El argumento que esgrimieron es que para ese entonces estará más recorrida la campaña de inmunización. Claramente, desde el oficialismo se trata de evaluar la manera de sacar ventaja de forma espuria.
Otra alternativa que se mencionó fue la de unificar ambas citas electorales con un nuevo mecanismo electoral. Ahora bien, ¿En qué consistiría esta posibilidad? En el hecho de que se podría utilizar una especie de Ley de Lemas, es decir, llevar a cabo una interna, pero que sume todos los votos por partido político, posibilitando el triunfo de un oficialismo unido frente a una oposición que no termina de unirse.
Como sea, hasta ahora, la postergación es solo una idea. Los máximos referentes del Frente de Todos acordaron conversar esa alternativa con los gobernadores aliados y de Juntos por el Cambio. Y es que existe un pequeño gran detalle que nadie debiera pasar por alto: es el hecho de que para modificar el calendario electoral hace falta una ley. ¿Será funcional la oposición a esta nueva trampa del oficialismo?
La realidad pasa por el hecho de que no está claro cuándo podría culminar la campaña de vacunación y cuándo arrancará la campaña electoral. En ese sentido, aplazar las elecciones, además de evitar una campaña proselitista condicionada por la pandemia, le daría más tiempo al oficialismo para mostrar mejores signos de recuperación económica. Es decir, todo no es más que pura especulación.
Tal y como lo adelantamos desde Tucumán Despierta, hay un grupo importante de mandatarios provinciales que viene insistiendo con suprimir las PASO este año. Pero los gobernadores de los distritos más populosos y con más peso en el padrón no quieren. ¿Será capaz el kirchnerismo de cambiar las reglas electorales en medio de un año clave en lo que hace al recambio del Congreso de la Nación?
