El escándalo de las vacunas VIP que le costó el cargo al ministro de Salud provocó durísimas reacciones en las redes sociales. Y ese mismo fin de semana los autoconvocados que el año pasado organizaron por esa vía nueve “banderazos” contra la gestión de Alberto Fernández se apuraron en ponerle fecha a la décima protesta: el 27F.
Entre las novedades de esta primera movilización del año no figura sólo el eje de los reclamos, la “renuncia” de todos los vacunados de privilegio que ejercen cargos públicos. Además, el epicentro de la movilización dejará de ser el Obelisco o el Congreso y se mudará a la Plaza de Mayo.
En cambio, no cayó de sorpresa la brecha que esta expresión callejeras provoca en la principal fuerza de oposición, Juntos por el Cambio. Nuevamente será el sector duro del macrismo, encarnado Patricia Bullrich, jefa nacional del PRO, el que encabece la representación política en la manifestación citada para este sábado, a las 17, frente a la Casa Rosada y en decenas de plazas del interior.
En cambio, las cúpulas de la UCR y la Coalición Cívica, más el ala moderada del PRO, entienden que sigue sin ser oportuno agitar en las calles la furia contra el Gobierno.
“Marcharemos en paz, por la angustia de los adultos mayores, por el sentimiento de injusticia de los que están en primera línea contra el Covid y por la indignación que provoca que la oligarquía K se apropie de la vacuna”, sostuvo la ex ministra de Seguridad por Twitter. Y cuando habla Patricia, sus socios traducen Mauricio Macri, quien la promovió a la conducción partidaria. No se descarta un tuit de apoyo del ex presidente, como en marchas anteriores.
Detrás salieron a plegarse los diputados Fernando Iglesias y Waldo Wolff, del macrismo más radicalizado, además de su colega de la UCR, Alvaro de Lamadrid (considerado un librepensador), quien afirmó en Twitter que “el Estado democrático no puede ser un Estado delincuente y debemos evitar el pais sea gobernado por unos pocos, poderosos e impunes”.
Otros que prometieron marchar son la ex candidata a vicepresidenta de Nos y militante evangelista Cynthia Hotton y su delfín en Valores para mi País, el ex consejero de la Magistratura Alejandro Fargosi.
“Nos movilizamos para exigir la renuncia de todos los vacunados VIP”, sostiene una de las consignas de los autoconvocados. Ponen el eje en la lista de 70 dirigentes y allegados publicada por el Ministerio de Salud apenas asumió Carla Vizzotti en lugar de Ginés González García.
Allí figuran desde el ministro de Economía, Martín Guzmán, y buena parte de su staff, hasta el embajador Daniel Scioli, el procurador del Tesoro, Carlos Zannini y el ex presidente Eduardo Duhalde, pasando por el periodista militante Horacio Verbitsky, el senador Jorge Taiana y el diputado Eduardo Valdés.
Con todo, hay flyers en las redes con múltiples motivaciones anexas, como “La tolerancia del pueblo se acabó”, “Argentina despierta” “En defensa de lo que es de todos” y “Que se vayan todos”.
Como se ve, en este caso quedaron desplazados del primer plano los reclamos contra la reforma judicial y la extensión de la cuarentena que predominaron en las movilizaciones de agosto, septiembre, octubre y noviembre del año pasado que sucedieron a la del 20 de junio, la primera, motivada por el proyecto -trunco- de expropiación de Vicentin.
Este jueves, al presentar su libro Guerra sin Cuartel en Malvinas Argentinas, Patricia Bullrich dijo que “cada funcionario que se saltó la cola, como dice el Presidente, o en realidad ejerció su poder para vacunarse, debe renunciar”. También recordó sus denuncias de vacunatorios VIP fuera del que funcionó en la cartera de Salud, como los de los hospitales Posadas y Abete, en el Conurbano.
En los últimos días saltaron múltiples nombres de vacunados VIP en diversos lugares. Entre ellos, como admitió este jueves, nada menos que un ahijado de Ginés.