En el marco de la pandemia que está cursando el mundo, la provincia ya cuenta con una segunda arma efectiva después de la vacuna Sputnik V (Rusa), se trata de la dosis Sinopharm de origen chino, que demostró meses atrás una efectividad del 86% contra COVID-19.
La vacuna SARS COV-2 desarrollada por Sinopharm en colaboración con el Laboratorio Beijing Institute of Biological Products de China es una vacuna ‘inactivada’. Contiene una versión muerta del germen que no produce enfermedad pero genera anticuerpos y que ya se utiliza en varias vacunas como las de la gripe, hepatitis A, polio y la rabia. En cambio, la Sputnik V no posee ningún elemento del coronavirus en su composición, se presenta en forma liofilizada, es decir, como un polvo que se mezcla con un excipiente para disolverlo y luego administrarlo por vía intramuscular.
La licenciada Elizabeth Tiburcio Ampudia comentó que una de las ventajas con las que cuenta la dosis China es la conservación, ya que facilita toda la logística de la vacunación: “Se mantiene bien entre 2 y 8 grados, es decir, la temperatura de una heladera común y la aplicación es inmediata. En cuanto a las dosis, requiere de dos que se deben aplicar con al menos 21 días de diferencia”, explicó la profesional a la vez que remarcó que la vacuna Sputnik V requiere una importante custodia de la cadena de frío, que debe ser de menos de 18 grados y es fundamental para la efectividad de la misma.
“Lo importante es llevar una campaña de vacunación segura, es por eso que tenemos siempre presente la cadena de frio y estamos en constante capacitación por parte del Ministerio de Salud. Este sistema logístico está a cargo de las enfermeras que son las que desarrollan minuciosamente el protocolo con sus medidas de bioseguridad”, finalizó Tiburcio.