Mediodía de sábado fresco y nublado en Tucumán, con algo de lluvias en La Plata. Incómodo horario para ver un partido de fútbol, pero siempre es lindo el fútbol de Primera. Los hinchas de Atlético Tucumán tuvieron que apurar el guiso de la vieja o el asado con los hermanos de tribuna para sentarse frente a la Televisión Pública a ver como las espaldas le arruinaron una hermosa tarde de otoño a la todos los tucumanos menos un barrio.
El equipo de Omar De Felippe salió a presionar bien arriba a Gimnasia de La Plata, y Ramiro Ruiz Rodríguez estaba habilitado a los 6′ en el primer aviso visitante, que terminaba en gol pero fue anulado por offside inexistente. El Decano era mejor, pero Carbonero comenzó a imponer su juego veloz a las espaldas del pibe Lagos. Por esa zona, izquierda del ataque local, llegó el centro de Alemán que conectó Weigandt a espaldas de Monzón llegó el centro de Alemán que conectó Weigandt a espaldas de Monzón.
Atlético insistía por derecha, la zona más empantanada de la cancha y el propio campo de juego de El Bosque frenó tres avances tucumanos. Los Ramiros, Carrera y Ruiz Rodríguez, fueron con su movilidad los más peligrosos de Atlético : por derecha, por izquierda, tirando diagonales y siempre con el arco en el punto de mira. Mussis intentó hacerse eje del juego, pero perdió algunas pelotas claves y no se impuso en el combate. Acosta lució más por adentro y por momento fue el motor del equipo, como supiera hacer en otros tiempos desde la banda derecha.
Por arriba, por abajo, con centros, con buenas triangulaciones ofensivas, con un tiro libre de Monzón, con Carrera y Ruiz Rodríguez jugando diagonales permanentemente, trocando posiciones en ataque. Atlético Tucumán buscó el empate por todos lados, pero no lo encontró por ninguna vía. . Pocas llegadas claras, pero muchísimas aproximaciones de peligro para los de De Felippe, que se hicieron cargo del partido y fueron sin dudar para adelante.
Lagos y Monzón se acoplaron bien en ataque, por su velocidad o pegada respectivamente, pero fallaron en el retroceso: sus espaldas fueron una tentación para los atacantes de El Lobo todo el partido. Arriba, Lotti fue puro empeño, pero no tuvo chances claras; Junior Benítez estuvo un poco inconexo y hasta incómodo jugando detrás del 9, lo que le impidió encarar en velocidad o encontrarse de cara al arco.
A los 30′ del complemento, en uno de los escasos ataques de Gimnasia en todo el partido, Erik Ramírez envió un centro rasante que Lagos, pendiente de Carbonero a sus espaldas, rechazó corto y mal; Guillermo Ortiz intentó despejar o controlar de taco y no hizo ninguna de las dos. La pelota le quedó servida a Weigandt, que asistió a Barrios que jugó el pase al medio para Carbonero que con Lagos fuera de jugada marco en completa soledad el inmerecido 2 – 0.
El Decano falló en el área contraria y en la propia, y lo pagó muy caro. Sobre el cierre del partido, no salió ni el tiro del final: a los 45′ el pibe Laméndola desbordó por izquierda y Rey rechazó corto. La pelota le quedó a los pies a Heredia en el borde del área chica y no tenía más que rematar con casi todo el arco a su disposición… pero su disparo pegó en la espalda de Lotti y con ello se diluyeron todas las esperanzas de Atlético.
Más allá de la derrota, fue un buen partido de los de De Felippe. . El Decano mostró decisión para atacar y variantes en ataque, especialmente con Carrera y Ruiz Rodríguez, que deben seguir como titulares. Lagos y Monzón deben mejorar en defensa, donde Osores quizás pueda aportar más solvencia en la zaga. Acosta jugó mejor por adentro, y la vuelta de Pupa Heredia es una buena noticia, más allá de la espalda de Lotti: al 9 hay que darle más chances y abastecerlo mejor, ha demostrado que tiene condiciones y es peligroso, con o sin Toledo.
Ahora Atlético deberá aguantar con uñas y dientes el 1 – 1 ante Huracán en dos tiempos de 9′ con 9 jugadores el próximo miércoles. Será clave salir airoso de tamaño desafío, para superar la derrota y seguir mejorando.