Mauricio Macri aterrizó, con custodia numerosa, en O’Higgins, un pequeño pueblo del noroeste bonaerense de algo más de mil habitantes, donde está la fábrica de las galletitas “Pasticcino”.
El presidente estuvo acompañado por María Eugenia Vidal en lo que fue la tercera aparición juntos en los últimos diez días. Otro gesto para espantar un doble fantasma: el llamado “Plan V” -que Vidal quede como candidata presidencial- y la remanida tesis del desdoblamiento de la elección provincial, que volvió a sonar en algunas periferias.
Pero la bajada presidencial, que implicó despliegue de efectivos de seguridad, tuvo un dato político: el intendente de Chacabuco, Víctor Aíola, de Cambiemos, se enteró de la visita cuando trascendió de boca en boca por la conmoción en O’Higgins, localidad que integra el partido de Chacabuco.
“Es llamativo”, le dijo el alcalde a Clarín y lo consideró una “desprolijidad porque el intendente fue electo por los vecinos”. Evitó, luego, hacer lecturas políticas o interpretaciones de por qué se produjo ese “olvido” protocolar.
Desde La Plata dijeron que fue un error de comunicación, pero en la Legislatura provincial, uno de los epicentros del radicalismo, se instaló la sospecha de que se trató de una especie de “castigo” a Aíola
“Cuando baja a hacer los mano a mano con vecinos, presidencia no le avisa a nadie”, explicaron desde el oficialismo y le sacaron dramatismo a la cuestión que, sin embargo, se convirtió en comidilla dentro de Cambiemos.
El intendente, uno de los 34 de la UCR en la provincia, salió hace unas semanas a marcar la cancha en una queja política que, en apariencia, cayó mal en La Plata.
Fue una respuesta a una parrafada en la que Vidal sostuvo que la fórmula bonaerense de Cambiemos estaba atada a cómo se ordenara el esquema nacional. Aíola dijo que no: que el PRO debía respetar la vice para la UCR.
Aíola evitó, cauteloso, analizar si podía existir una factura política en la decisión presidencial de estar en Chacabuco sin avisarle al alcalde de su mismo partido.
La parada de Macri y Vidal en el partido de Chacabuco fue una escala en el camino a Junín, ciudad donde sí invitaron a la actividad al intendente local, Pablo Petrecca, dirigente que forma parte del PRO.
Cuando se tensó la disputa entre la UCR y el macrismo, Petrecca pidió que la vice de Vidal la ocupe Jorge Macri. Y fue Aiola quien lo cruzó y reclamó que se mantenga el statu quo del segundo lugar de la fórmula para el radicalismo
“No le avisaron a Aiola, un dirigente que defiende al Gobierno y además mide el triple que Macri”, explicó a Clarín un dirigente de Cambiemos. “Lo dejaron pagando mal ante los vecinos. Es incomprensible”, agregó.
Hubo datos accesorios. La semana pasada, Facundo Manes estuvo en Chacabuco para dar una charla que tiene, como objetivo latente, reunir volumen institucional para pedir que el Gobierno declare la “emergencia alimentaria”.
Manes estuvo con Mateo Niro, funcionario de Vidal, con quien co escribió varios de sus libros. El neurocirujano pidió pasar a saludar a Aiola pero el intendente le dijo que no porque no le parecía correcto mostrarse con alguien que le estaba haciendo un reclamo a la Casa Rosada.