Opinión. “Lo que nos dejó la semana“
En la semana que transcurrió, la sociedad argentina contempló cómo el INDEC publicó que en la segunda mitad de 2020, el 42% de las personas estaban por debajo de la línea de pobreza y el 10,5% por debajo de la línea de indigencia. El impacto de la pandemia del nuevo coronavirus y el aislamiento dispuesto por el gobierno de Alberto Fernández el 20 de marzo, generó que la pobreza alcance el mayor nivel desde 2006.
Cabe mencionar que la pobreza en la Argentina se mide de dos formas: la más conocida, que el INDEC informa cada 6 meses, es la que se calcula a partir de los ingresos, es decir, se estima cuántas personas no pueden comprar los elementos básicos con sus ingresos. La segunda, que se difunde oficialmente con los censos, se trata de la pobreza multidimensional, que además de las cuestiones monetarias analiza el acceso a la educación, la salud y la vivienda, entre otros.
Si bien la pobreza multidimensional se redujo lentamente en la Argentina en las últimas décadas, desde el regreso de la democracia en 1983 la pobreza medida por ingresos sólo disminuyó después de dos crisis macroeconómicas y en el período de excepcionales circunstancias externas durante parte de los 2000, según un estudio del Centro de Estudios Distributivos Laborales y Sociales (Cedlas) de la Universidad de La Plata.
Así, durante la Presidencia de De la Rúa la pobreza aumentó nuevamente, según el dato recalculado por Cedlas, en octubre de 2001, meses antes de que renunciara en diciembre de ese año, alcanzaba al 46% de la población (medido con la vara actual). Sin embargo, tras la sucesión de tres presidentes en una semana, en octubre de 2002, ya bajo el mandato de Eduardo Duhalde (PJ), la pobreza siguió aumentando y llegó al 66%.
En mayo de 2003, cuando Duhalde entregó el poder a Néstor Kirchner (Frente para la Victoria), la pobreza era del 62%, según la estimación del Cedlas. En el gobierno de Kirchner se logró bajar este indicador, llevándolo a casi el 37% en todo el país en el segundo semestre de 2007. Esta caída de más de 20 puntos se debió principalmente a las políticas de recomposición de ingresos fomentadas en esos años.
A partir del 2003, el INDEC comenzó a publicar información de la pobreza en 31 aglomerados urbanos. Pero, en la gestión de Cristina Kirchner, además de la manipulación de las estadísticas desde 2007, el instituto oficial directamente dejó de publicar datos de pobreza a partir de 2013. Los nuevos datos oficiales recién se publicaron en el año 2016, ya bajo la Presidencia de Mauricio Macri (Cambiemos).
Por eso mismo, se debe recurrir a estimaciones alternativas. Cristina asumió en diciembre de 2007 y en su primer mandato, según las cifras del Cedlas, logró bajar este indicador del 37% al 28%, según la actual vara. Sin embargo, en su segundo mandato la pobreza habría aumentado nuevamente hasta el 30%. Así, en el total de su mandato, la pobreza habría bajado de 37% a fines de 2007 a 30% a principios de 2015.
Los datos de finales de 2015 no se publicaron por la emergencia estadística del INDEC. El nivel de pobreza se redujo durante el primer semestre de 2015 a 30,1%, y es posible que haya caído un poco más hacia finales de dicho año, pero no se cuenta con la información necesaria para estimar dicho valor. Por la recesión de inicios de 2016, la tasa de pobreza se volvió a incrementar alcanzando el 31,4% hacia mediados de dicho año, explica el documento del Cedlas.
Respecto del mandato de Macri, el primer dato oficial del INDEC, indicaba que la pobreza en el segundo trimestre de 2016 alcanzaba al 32,2% de la población. Sin embargo, este dato sólo incluye un trimestre y no dos, como la medición oficial del INDEC. Es por ello, que el Cedlas calculó el semestre móvil compuesto por el segundo y el tercer trimestre de 2016, que dio 31,4% de pobres.
Los datos del INDEC muestran que en la segunda mitad de 2019 la pobreza llegó al 35,5% de las personas y la indigencia al 8% de los argentinos, siendo los niveles más altos desde 2008 para los segundos semestres. En este sentido, claramente la pobreza subió durante los años de Cambiemos, aunque no se puede decir exactamente cuánto, tanto por cuestiones técnicas, como por la elección que hagamos del período de comparación.
Cabe recordar que este problema que surge de no tener datos precisos para fines de 2015, por las decisiones políticas sobre los datos y las estadísticas adoptadas por Cristina Kirchner debido a su intención de manipular los datos de la realidad, como si esta pudiera ser manipulada. Por otra parte, los primeros datos de la gestión de Alberto Fernández muestran que en el primer semestre de 2020 la pobreza aumentó hasta el 40,9% y la indigencia subió al 10,5%.
Estos datos, marcados por la pandemia del nuevo coronavirus y el aislamiento que decretó el Gobierno desde el 20 de marzo, son los peores desde el 2006. La magnitud real de la crisis COVID-19 se puede observar en la evolución trimestral ya que la suba de la pobreza se dio especialmente por lo ocurrido en el segundo trimestre (abril, mayo y junio), que incluye las semanas de cuarentena estricta donde se sintió fuerte la caída en el empleo.
Si bien en la primera mitad del año la pobreza promedió un 40,9%, en el primer trimestre del año fue cercana al 35% y en el segundo, ya con el impacto de la pandemia, aumentó al 47%. Los últimos datos de la segunda mitad de 2020 que se conocieron durante el transcurso de la semana que pasó, marcaron que la pobreza subió al 42% y la indigencia se mantuvo en los mismos niveles que el primer semestre (10,5%).
Estos porcentajes representan una fuerte suba versus el segundo semestre de 2019, últimos valores de la Presidencia de Macri y previos a la pandemia, cuando estas cifras eran del 35,5% y 8%, respectivamente. Este análisis pormenorizado da cuenta de las responsabilidades de todos los que pasaron por el poder desde el comienzo del nuevo milenio, actores políticos que todavía no se hacen cargo del desastre que generaron.
Ahora bien, luego de que se dieran a conocer los números de la pobreza hace unos días, el actual presidente nunca dijo nada acerca de qué es lo que va a hacer con respecto a la pobreza, cuando debería ser una prioridad inmediata. En ese marco, cabe preguntarse, ¿Cómo los argentinos van a confiar en la clase política, si ellos siguen preocupados en las elecciones, en los lugares que van ocupar?
Pero, sobre todo, la mayor responsabilidad recae en el actual Gobierno nacional, una coalición que está ocupada pensando en cómo lograr la impunidad de Cristina Kirchner, con el agravante de que el problema de la pobreza se da en un país donde el presidente no tiene poder y se ha convertido en un títere de quien maneja el poder desde las sombras y en pos de su propio beneficio personal.
En definitiva, casi la mitad de la Argentina es pobre. Lo peor es que cuando se toma en consideración a los menores de 14 años, seis de cada 10 son pobres. Ellos dentro de 10 o 15 años van a ser la clase productiva y ya están condenados, básicamente, a no salir de la pobreza. Lo que muestra la evolución de la Argentina es que cada vez se genera más pobreza. Un chico que hoy tiene 14 años nació en el primer gobierno de Cristina.
Atravesó el segundo mandato de ella, pasó por el único gobierno de Macri y el primer año del correspondiente al actual presidente Fernández. Ninguno de los que gobernaron les dio una solución a estos chicos, al contrario, agravaron la crisis. Cristina Kirchner, Mauricio Macri y Alberto Fernández son responsables de todos los chicos pobres de 14 años para abajo. Hicieron un desastre y lo siguen haciendo. Tenemos que aprender a votar.