La grieta que se abrió entre el gobernador Juan Manzur y el titular de la Cámara legislativa provincial, Osvaldo Jaldo, ha llevado a un cambio de estrategia de las dos principales figuras del oficialismo. En ese marco, mientras el mandatario busca hacerse fuerte en el interior que siempre fue potestad de Jaldo, el vicegobernador ahora busca tejer vínculos nacionales, justamente, lo que siempre fue ventajoso para Manzur.
En ese marco, estaba prevista una próxima reunión entre el presidente de la Legislatura tucumana y nada menos que el titular del Instituto Patria, es decir, el senador Oscar Parrilli, hombre de confianza de la vicepresidenta y titular de la Cámara alta, Cristina Kirchner. Si bien es cierto que este encuentro fue aplazado por motivos de público conocimiento, la realidad es que se dará pronto.
Ahora bien, ¿Cuál es la razón de Osvaldo Jaldo para trasladarse de forma personal a Capital Federal y hablar con Parrilli? Resulta que tiene previsto exponer ante el kirchnerismo su postura en la puja interna que mantiene con Manzur, en momentos en los que tanto el kirchnerismo como la Casa Rosada han manifestado su inquietud por la pelea interna en uno de los distritos electorales más importantes de la Argentina.
Y es que a nadie escapa que Tucumán es la sexta provincia con mayor cantidad de habitantes, luego de los conocidos como distritos grandes: Provincia y Ciudad de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Mendoza. Por su parte, nadie desconoce el hecho de que el Gobierno nacional pretende consolidar en las elecciones que tendrán lugar este año la mayoría que tiene hoy por hoy en el Parlamento.
Y es que el objetivo es, de mínima, posibilitarle a Alberto Fernández poder evitar grandes inconvenientes a la hora de la votación de proyectos vinculados con su gestión. Pero, además, al mismo tiempo Cristina Kirchner apunta a afianzar el poderío oficialista en el Senado, justamente, donde es presidenta y cuenta con su propia mayoría automática a la que aspira de dotar de todavía mayor holgura.
El problema es que el oficialismo tucumano experimenta una grave crisis política luego de la rebelión del vicegobernador Jaldo frente a la autoridad del gobernador Manzur. Y mientras desde el jaldismo apuntarían a convencer a la Casa Rosada que el titular de la Legislatura es el legítimo heredero de la sucesión en Tucumán, desde el manzurismo se evalúa utilizar un artilugio legal, inspirado en la estrategia de Cristina para ganar las pasadas elecciones.
Es decir, en 2023 optaría por presentarse como vicegobernador, designando como su candidato a gobernador al actual presidente el Concejo Deliberante de San Miguel de Tucumán, Fernando Juri, un histórico dirigente provincial sin mayores conflictos en la provincia. Lo que está claro es que ninguno de los dos sectores en pugna planean un alto a la hostilidad reinante en el oficialismo, mientras que las elecciones de este año están cada vez más cerca.
