Lorena Sánchez, de 46 años, y su hijo Matheo Bautista, de 14, habían ido a un hogar que funciona en un pasaje sin nombre a la altura de la calle Torres Posse 1.800, con la intención de donar ropa.
El menor se bajó con la bolsa de prendas mientras la mujer se quedaba en la moto, ambos sin reparar en la presencia de dos sujetos que se acercaron en otro rodado similar.
Según los vecinos que lograron identificarlos, son dos hermanos que habían pasado la noche bebiendo y drogándose en su casa, a pocas cuadras del lugar.
Uno de los atacantes fue directamente hacia Matheo y, sin decir nada, le disparó al pecho, ante la desesperación de la mujer, que dejó la moto para socorrerlo.
Entonces el que había disparado tomó el celular del chico y se subió a la moto de la mujer, en la que escapó seguido por su cómplice.
Los vecinos no tardaron en agolparse en el lugar, espantados por los gritos de Lorena. Llamaron a una ambulancia que se llevó al joven al hospital de Niños, donde por la noche aún corría peligro su vida.
La violencia del ataque conmocionó a los habitantes de la zona, acostumbrados a los robos, pero nunca con semejante grado de brutalidad y frialdad.
Muchos coincidieron en la identidad de los asesinos, conocidos por ser habituales protagonistas de esos delitos, siempre bajo los efectos de las drogas y con varias detenciones sobre sus espaldas.
Ambos eran buscados al final del día por los efectivos de la Seccional Octava, con jurisdicción en la zona, mientras los peritos recolectaban evidencias de lo ocurrido.