El estado de abandono brutal en el que se encuentra la ciudad de San Miguel de Tucumán, puede ser plasmado en muchas áreas. Pero, sin duda alguna, la desidia y la falta de vergüenza de la gestión que encabeza Germán Alfaro es más patente a la hora de recorrer las calles del municipio capitalino. Además, existe un hecho todavía más grande que no encargarse de arreglar las arterias de esta ciudad.
Peor es que, en realidad, jamás hizo nada por el estado de la ciudad, nunca existió inversión para que a nivel estructural San Miguel de Tucumán diera un salto de calidad. El intendente sólo gasta dinero, y demasiado proveniente de los contribuyentes, apenas para realizar meras intervenciones cosméticas, no sólo por tratarse de un político vago y simplón. Sino por el hecho de que apenas si pretende aparentar que hace algo cuando no es así.
En ese marco, si para muestra basta un botón, se puede contemplar en retrospectiva algunas acciones que no son más que apenas maquillaje como poner pelotas de cemento en las calles del microcentro en lugar de una verdadera peatonal. Pero luego las sacó tirando el dinero de los mismos habitantes de la ciudad que lo votaron mayoritariamente. Como si esto fuera poco, procedió a cerrar la plaza principal.
Mientras tanto, sólo atina a mirar de reojo como está detonada esta ciudad, desde las calles rotas hasta los basurales a lo largo y ancho de San Miguel de Tucumán. Ni hablar de la delincuencia que en ningún lado es más mortífera que en la capital. Ahora bien, lo grave de esto es que Alfaro jamás podría esgrimir falta de tiempo para intentar cambiar estos asuntos pendientes desde siempre.
Y es que el intendente capitalino viene participando de forma activa en el oficialismo político, es decir, desde adentro de la Municipalidad de la capital, desde hace muchos años. Más precisamente, desde hace una década. Ese es el tiempo que el intendente de una forma u otra estuvo siempre al frente de la administración gubernamental de San Miguel de Tucumán. Basta apenas recordar su recorrido para comprobarlo.
Germán Alfaro fue electo concejal en el año 2011 pero ya en el año 2013 pidió licencia y se fue nombrado Secretario de Gobierno del entonces intendente Domingo Amaya. Luego, ya en el año 2015, se convertiría él mismo en intendente hasta la actualidad. Es decir, la cantidad de tiempo dentro del Municipio capitalino ha sido más que extenso. Han pasado 10 años desde que fue concejal en el 2011.
Y durante todo ese tiempo, Alfaro destinó miles de millones a obras públicas pero que lamentablemente no llegan a las calles, las cuales parecen territorio en guerra o la misma superficie lunar. Todo indicaría que, tal parece, la secretaría de obras públicas municipal, a cargo actualmente de Alfredo Toscano, parecería un saco roto donde no se saben a dónde van a parar los miles de millones destinados a la obra pública.
Lo que está claro, es que a las calles no va, tal y como lo evidencian las imágenes que venimos publicando. Y es que no sólo esta nota ilustra el lamentable estado en el que se encuentran las arterias de San Miguel de Tucumán. En el cruce entre avenida Belgrano y calle Lucas Córdoba, lo que se encuentra en el pavimento bien parece una pequeña pileta por la cantidad de agua que conserva en su interior.
En calle Muñecas y Pasaje Brasil, los vecinos también deben lidiar con la miserable y mezquina gestión de Germán Alfaro. Se trata de una esquina en la cual existe agua, incluso, hasta cuando le falta aparecer en los caños de los habitantes de la ciudad. Pero lo que siempre está presente en las arterias son los baches de cada día. Y el que existe en el cruce de avenida Juan B. Justo y calle México es un verdadero paradigma.
Y es que lo vehículos deben cruzar haciendo una maniobra complicada para esquivar tamaño hueco que se halla en el asfalto. Y es que el agujero imita a una trinchera de guerra por la profundidad, el cual, no sólo podría implicar daños materiales. En el caso de que alguien se traslade a velocidad considerable y desconozca el estado del cruce, se podría llegar a producir un accidente con consecuencias mortales.
Calles como estas se han convertido en una verdadera trampa mortal pero nada le importa a Germán Alfaro que pretende seguir vendiendo humo por medio de su gestión. En ese sentido, prefiere hacer la vista gorda a los problemas derivados de la falta de gestión del Municipio capitalino que le corresponden pero a los que, lejos de atender, los descuida con total impunidad.
Es por ello que se hace necesario, que Tucumán Despierta continúe su recorrido y te muestre el estado de las calles de la ciudad para dar cuenta de la única verdad, que es la realidad. ¿Cuánto tiempo más podrá permitir la sociedad de San Miguel de Tucumán, que el dinero de todos se dilapide en simples obras de maquillaje en lugar de mejorar las calles antes de que se tenga que lamentar una verdadera tragedia?
