La interna en el peronismo local no parece que pueda alcanzar la paz, ni siquiera en el marco de un año electoral que lo urge a definir nombres y listas de cara a los comicios de este 2021. En ese marco, son muchas las especulaciones que se tejen en un contexto en el que nadie gana con esta pelea y, por el contrario, el orden institucional se ve cada vez más amenazado si no empiezan a ceder desde ambos bandos.
En esa línea, ayer al mediodía, el diputado nacional Mario Leito habló en televisión local y aprovechó la ocasión para referirse a la interna del peronismo. Fue allí que aseguró que el gobernador Manzur irá de vice en la fórmula del 2023. Cabe recordar que el congresista había participado este sábado del locro que encabezó el mandatario provincial junto al intendente de Simoca, Marcelo Herrera y los delegados comunales del departamento esteño.
Desde ese lugar tan cercano al primer mandatario, el parlamentario respondió las críticas del vicegobernador Osvaldo Jaldo, quien cargó con dureza contra su compañero de fórmula, acusándolo de no respetar los protocolos anti Covid-19. De acuerdo al todavía dirigente de Atlético Tucumán, los dichos del tranqueño, no tienen otro objetivo que socavar la base de sustentación política que ostenta el gobernador.
De hecho, incluyó a las demás reacciones que se vienen generando desde el sector que encabeza el titular de la Legislatura provincial como parte de lo mismo y con iguales intenciones. En ese sentido, Leito confió en que todo quedará resuelto cuando ambos sectores se enfrenten en una interna que, además de definir candidaturas, servirá para poner fin a la división que se formalizó con la elección de Eduardo Cobos como defensor del Pueblo.
Y es que para el diputado nacional no existe otro camino para dirimir la disputa, por lo que incluso se atrevió a vaticinar que la fórmula electoral para el 2023 incluirá a Juan Manzur, pero no a Osvaldo Jaldo. Según Mario Leito, lo que pretenden los seguidores del gobernador es que ocupe el segundo lugar en la papeleta electoral, apuntalando a otro peronista, un elegido o un delfín, en la jerga política.
El problema es que no se puede dar por descontado que Osvaldo Jaldo se quede tranquilo y cruzado de brazos viendo cómo sus intenciones de ser el próximo gobernador de Tucumán de diluyen así nomás. De todos modos, lo realmente importante, pasa por asegurarle a la provincia un orden y una estabilidad que le permita transmitirle previsibilidad a una sociedad que necesita que sus dirigentes cooperen entre ellos.
No en vano, dirigentes peronistas de los municipios de Banda del Río Salí y de Alderetes, identificados con Osvaldo Jaldo, han comenzado a sentir que a sus distritos, de los más pobres dentro del Gran San Miguel de Tucumán, han empezado a ver menguados sus ingresos desde que se desató la interna entre el titular del Poder Legislativo y el mandatario provincial. Ya lo dice José Hernández en el Martín Fierro: “Si entre ellos se pelean, los devoran los de afuera”.