El empresario Emilio Luque mira a la muchedumbre y no pierde el aplomo. Se abalanzan los micrófonos, pero él no se inmuta. Deja inconcluso el llamado por celular y escucha las preguntas. “No tenemos más posibilidades de conseguir dinero si no se abren los locales y hay ventas”, explica sobre su oferta para superar el conflicto con el pago del sueldo de junio en dos cuotas. Y reitera que avanzan las tratativas con empresas para vender los súper “priorizando la fuente laboral”. “El mal será más grande si se cierran los locales y la gente se queda sin trabajo”.
“Entiendo la necesidad, la ansiedad y el derecho de los trabajadores que no tienen dinero, pero no se compra un negocio de un día para el otro sin conocer la situación en que está. Y con negocios cerrados se dificulta mucho más”, precisó.
¿Cómo llegaron a esta situación?, fue la consulta. “Creíamos que era una crisis pasajera, que no iba a ser tan larga; nos quedó una infraestructura muy grande de 1.200 empleados; si hubiésemos evaluado una caída del consumo de más del 35%, tendríamos que haber despedido entonces a unos 300 empleados. No se despidió a ninguno y se pensó en abrir nuevas bocas comerciales y reubicarlos. Pero nos atrapó la crisis, como a todos”, señaló.