En la última década, los casos de accidentes cerebrovasculares han subido considerablemente, sin distinción de sexo ni edad.
Un estudio publicado en la revista científica The Lancet reveló que hasta 2021 los casos de ACV (accidentes cerebrovasculares) habían aumentado el 70% respecto de 1990 mientras que las muertes provocadas por la patología tuvieron una suba del 44%. Estas estadísticas convirtieron a los ACV en la tercera causa más común de decesos a nivel mundial, aunque también el estudio mostró que hubo un crecimiento del 86% de pacientes que lograron sobrevivir. The Lancet calcula que, si no se toman medidas de forma inmediata, los ACV aumentarán el 50% para 2050, con el 91% del incremento en países de bajos ingresos o en vías de desarrollo.
Aunque están asociados a los adultos mayores, los adultos jóvenes también son propensos a sufrir un infarto cerebral. Diferentes investigaciones revelan que los casos de personas que tienen entre 18 y 50 años representan entre el 10 y el 20% del total de casos. A diferencia de los adultos mayores, entre quienes es más común el ACV hemorrágico (cuando una vena del cerebro se rompe y produce un sangrado interno), en los jóvenes crecen los casos de ACV isquémicos (cuando una vena del cerebro se obstruye), según afirman Esther Boot y sus colegas en el Journal of Neurolog, Neurosurgery and Psychiatry, fuente citada por Faba Informa.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que más del 80% de los casos de muerte por afecciones neuronales, entre ellas los ACV, se producen en países subdesarrollados o en vías de desarrollo. Otros estudios mostraron un aumento en accidentes cerebrovasculares especialmente en mujeres y los adjudicaron a su tardía detección por confundir los síntomas con otro diagnóstico.
¿A qué se debe este aumento de casos?
Los infartos cerebrales pueden aparecer por múltiples razones, entre las que se destacan: problemas en válvulas cardíacas; hipertensión; obesidad; consumo de sustancias (como drogas) o alcohol en exceso; mala alimentación y alto colesterol.
Un factor no tan relacionado a los ACV, pero al que hay que prestar atención, es el cambio climático. Un estudio publicado en la revista Neurology reveló que las temperaturas extremas podrían aumentar el riesgo de sufrir un infarto cerebral. Otro factor relevante, según un estudio de la misma revista, es la contaminación ambiental, que podría incidir en el 30% del total de ACV.
¿Cuáles son los síntomas para prevenir un ACV?
Lo primordial para sobrevivir a un infarto cerebral es reconocer los síntomas. Existe una brecha de tiempo de aproximadamente cuatro horas entre el momento del derrame y una posible complicación que se volvería irreversible, motivo por el cual la detección de señales es fundamental para salvar vidas.
Hay cinco síntomas principales al momento de sufrir un ACV: 1) un dolor de cabeza muy intenso sin razón aparente, en palabras de quienes lo padecieron “el peor dolor de toda su vida”; 2) dificultad para hablar; 3) sentir o tener la cara torcida; 4) adormecimiento o parálisis de una parte del cuerpo, y 5) perder la visión de uno o ambos ojos. La asistencia médica rápida aumenta la posibilidad de supervivencia y disminuye las chances de tener alguna secuela.
Según los expertos, un estilo de vida sana, con disminución del consumo de alcohol y de tabaco, puede prevenir el riesgo de tener un infarto cerebral.
