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Afirman que el papa Francisco pone reparos para reunirse con Alberto Fernández antes de las elecciones

El Presidente viaja el 29 a Roma para asistir a la Cumbre del G-20. El Gobierno sondeó la posibilidad de un encuentro pero desde el Vaticano adelantaron que el Sumo Pontífice prefiere no recibirlo tan cerca de los comicios.

alberto fernández en el vaticano con el papa francisco durante su viaje de mayo pasado
Descacharreo

El Gobierno sondeó discretamente en los últimos días al Vaticano sobre la posibilidad de que el papa Francisco le conceda una audiencia al presidente Alberto Fernández con ocasión de su viaje a Roma para participar el 29 y el 30 de este mes de la cumbre del G-20, pero en la Santa Sede le desaconsejaron solicitar el encuentro debido a la proximidad de las elecciones en la Argentina.

Es que los pontífices procuran tomar distancia de aquellos países que transitan un año electoral hasta después de los comicios para no aparecer mezclados -o que se los mezcle- con la campaña.

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Ya a comienzos de año, Roma le había hecho llegar a la Casa Rosada un mensaje en ese sentido ante la intención de Alberto Fernández de pedirle una audiencia al Papa en el marco de una gira que iba a realizar en mayo por varios países europeos para pedir ayuda por la renegociación de la deuda.

Sin embargo, el Presidente no atendió la señal vaticana y la Cancillería realizó el pedido. Y el Papa se lo concedió porque la norma vaticana es no negar un pedido de audiencia de un Presidente. De todas maneras, el resultado fue un encuentro breve y protocolar.

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En rigor, el argumento del distanciamiento del Papa de su país ante el año electoral -que es real- hace juego con su deseo de tomar distancia del Presidente porque dice estar “disgustado” con él.

El disgusto comenzó cuando Alberto Fernández anunció el envió al Congreso del proyecto para legalizar el aborto, tras pedirle al Papa ayuda para la renegociación de la deuda. Pero sobre todo le molestó que -si bien lo había anunciado en la campaña- lo haya impulsado en medio de la pandemia y el agravamiento de la crisis económica y social.

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Pero el disgusto papal se acentuó con otras actitudes del Presidente, como haber abandonado el estilo conciliador que abrazó en el inicio de su gestión -las ruedas de prensa con Horacio Rodríguez Larreta al comenzar la pandemia fueron un reflejo- y optar por una actitud más confortativa, en línea con los deseos de Cristina Kirchner.

El último gran disgusto, dicen en su cercanía, fue la vuelta al Gabinete de Aníbal Fernández, un hombre cuestionado por los curas villeros que creen que favorece la droga en los barrios populares.

Algunos observadores consideran que Alberto Fernández ya empezó a tomar nota del enfriamiento de su relación con Francisco. Un síntoma sería la peculiar respuesta que dio al día siguiente ante el mensaje que Francisco envió esta semana al coloquio empresarial de IDEA, del que participaron representantes de la llamada economía popular.

Entre sus conceptos más salientes, el Pontífice señaló que “no se puede vivir de los subsidios” y que éstos deben ser “una ayuda provisoria” porque “lo que dignifica es el trabajo”.

El Presidente pareció enmendar las palabras del Pontífice, al sostener que “nadie disfruta de los planes” y dijo que, si bien “la regla tiene que ser trabajar”, señaló que “cuando hablo de trabajo hablo de recuperar un empleo formal, que no es lo mismo. Porque se garantiza la jubilación, vacaciones, aguinaldo. Es una diferencia muy grande”. Luego, en su discurso ante IDEA recordó la famosa frase del Papa “nadie se salva solo” pero a diferencia de otras veces, esta vez no mencionó a su autor.

Por otra parte, Francisco también en su mensaje salió al cruce de quienes le atribuyeron no valorar el mérito. “Imagínense si puedo decir eso como descendiente de piamonteses, que no vinieron a nuestro país con ganas de ser mantenidos”, afirmó.

Curiosamente, quien había relativizado el valor del mérito había sido el Presidente. De hecho, no faltaron quienes interpretaron la desvalorización papal del mérito -ahora negada- como un apoyo a la opinión de Alberto Fernandez.

Para colmo, la embajada argentina ante la Santa Sede tampoco lo ayuda al Presidente. En El Vaticano lamentan sus escasas acciones, pese a ser la del país del Papa. En contraste, mencionan un encuentro sobre fe y ciencia organizado por las embajadas de Italia y Gran Bretaña; un torneo de fútbol con motivo del bicentenario de Centroamérica preparado por la embajada de Guatemala y la donación por parte de Perú del pesebre que cada año se arma en la Plaza de San Pedro.

En tanto, la Casa Blanca confirmó que el presidente Joe Biden -otro de los asistentes a la cumbre del G-20- será recibido junto con su esposa, Jen Psaki, por Francisco el 29.

Biden -un católico practicante- tiene desde que era vicepresidente de Barak Obama una buena relación con el Papa, pese a estar a favor de la legalización del aborto, práctica que Francisco condena con fuerza. En cambio, Alberto Fernández se quedará sin la foto a dos semanas de las elecciones.

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