Los nervios traicionaron al Gobierno de Tucumán y, sobre todo, a Osvaldo Jaldo. Apenas un par de horas después de haber asegurado que el Poder Legislativo se tomaría su tiempo antes de actuar sobre los pedidos de juicio político en contra del camarista, Enrique Pedicone, y del vocal de la Corte, Daniel Leiva, decidió avanzar en contra del magistrado que desnudó el supuesto vínculo entre el juez supremo y el poder político.
Sin demora ni vergüenza alguna, desde la comisión de Juicio Político de la Legislatura se decidió con el voto absoluto de los legisladores oficialistas que la conforman, desechar los seis expedientes formulados en contra de Leiva. Al mismo tiempo, admitió los siete pedidos presentados en contra de Pedicone. De esta forma, entre gallos y medianoches, se dio lugar al escarmiento que el poder político planea aplicar en contra del camarista.
Tal y como adelantó Tucumán Despierta en su editorial del domingo, una serie de acontecimientos claramente orientados en contra de Pedicone fueran anunciando el escenario final que se le tendió al denunciante de Leiva. La aplicación del Viejo Código para investigar la causa, la no aceptación del camarista como querellante y, sobre todo, la inestimable protección con la que se arropó al vocal de la Corte prepararon el terreno para el ataque definitivo.
Y es que el oficialismo quiere que la Cámara legislativa emule al Coliseo romano, en donde se sacrificará a quien tuvo la osadía de intentar desenmascarar que en Tucumán se ofrece un espectáculo institucional degradante a la sociedad, en lugar de un gobierno virtuoso. ¿Será acaso el juicio político la estocada final con la que quien se erige como emperador del pueblo planea herir de muerte la carrera judicial de Pedicone?
Desde el oficialismo se brindaron razones hipócritas de parte del propio titular de la comisión de Juicio Político, Zacarías Khoder. En resumidas cuentas, el legislador dijo que en el caso de Leiva era necesario esperar que avance la investigación en la Justicia. Mientras que en el caso de Pedicone, un simple detalle como haber trabajado durante la feria judicial ameritaba que se lo someta a un trámite tan humillante como inmerecido.
Institucionalmente, Pedicone empieza a quedarse solo en medio de una realidad desenmascarada que visibiliza lo corroída que están las relaciones entre los tres poderes de la República. A ciencia cierta, en Tucumán, el poder termina siendo uno solo y apenas está disfrazado de legislativo y judicial apenas por aparentar. El estamento que debería representar al pueblo tucumano no hace más que encarnar los intereses mezquinos de quienes gobiernan.
Si la sociedad no toma nota de que la provincia vive sus horas más oscuras en materia de gravedad institucional, la Legislatura será la arena política donde se consagre la impunidad al igual que sucedía en el imperio romano. Si eso ocurre, quedará demostrado que la democracia y el Estado de derecho no serán más que pantomimas que hacen de telón de fondo de un sistema feudal que consagra la impunidad y castiga a quienes la denuncian y exhiben.
En ese sentido, desde la Asamblea Permanente de Estudiantes y Graduados de Abogacía, se convocó a una movilización para el jueves que viene a las 10:30 en la esquina de 9 de Julio y General Paz. La protesta tendrá como consigna “Fuera Leiva, fuera la corrupción, ¡Viva la República y la Libertad!”. Además, se hará hincapié en que “sin merito ni ejemplaridad, no hay futuro de ejercicio profesional independiente en Tucumán. Todo quedará en manos de una familia judicial partidaria que garantiza impunidad y reparte persecución”.
