Alberto Fernández no podrá verse cara a cara con Jair Bolsonaro. Será a través de la frialdad de una pantalla como se conectarán virtualmente este viernes 17 de diciembre en el marco de la Cumbre del Mercosur donde Brasil le traspasará a Paraguay la presidencia pro témpore del bloque regional por los próximos seis meses. Los temas de discusión serán casi los mismos que se vienen exponiendo en las últimas reuniones pero esta vez el presidente argentino tendrá un desafío extra: que las tensiones que se generaron con Brasil por la visita de Lula a la Argentina no alteren la convivencia ni el futuro del mercado común.
La reducción del Arancel Común Externo (AEC) que impulsan tanto Uruguay como Brasil dentro del Mercosur lleva varios encuentros en los que se transformó en uno de los ejes principales de debate. Sobre todo porque Argentina defiende una reducción gradual que ayude a no debilitar principalmente al sector de manufacturas. Sus socios pretenden que esa disminución se aplique ya y los uruguayos, según adelantó hace unos meses su presidente, Luis Lacalle Pou, inició, además, acuerdos extrazona para negociar con China que también generaron rechazo dentro del gobierno de Fernández.
Argentina quiere que determinados sectores de su industria sigan con protección arancelaria. Y que en 2022, una vez que la pandemia de coronavirus vaya quedando atrás, se siga discutiendo sobre el tema.
El 8 de octubre, Brasil y Argentina acordaron reducir un 10% el arancel externo común del Mercosur tras meses de tensiones en torno a la flexibilización del bloque. Pero la medida debía ser validada por los otros dos socios, Uruguay y Paraguay, algo que ocurrió exactamente un mes después.
En ese momento la cancillería uruguaya consideró en su cuenta de Twitter que la decisión de Brasil “refleja la necesidad de modernizar y sincerar el Mercosur, como forma de lograr una mejor apertura e inserción internacional”.
Brasil también a través de su ministro de Economía, Paulo Guedes, ve como una necesidad un acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea para mejorar el comercio. Desde la UE se sigue cuestionando la política adoptada por el presidente Bolsonaro respecto del Cambio Climático y la deforestación de la Amazonia.
A pesar de los esfuerzos de la representación brasileña en la reciente reunión de Glasgow sobre Cambio Climático donde negaron que la situación sea tan grave como informa la UE, un informe con mediciones satelitales del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) citado por el diario El País de España consignó que entre agosto de 2020 y julio de 2021 se habían perdido 13.325 kilometros cuadrados de selva, un 22% más que en el período anterior.
Los planteos de la UE van en el mismo sentido que los del presidente estadounidense Joe Biden que varias veces cuestionó a Bolsonaro por el tema Amazonia. Argentina, cada vez que se le presenta una oportunidad, se alinea con Biden en este reclamo.
También este viernes -y el jueves 16 cuando se realice el encuentro previo de los cancilleres de los cuatro países del Mercosur que son miembros plenos- se verán cuáles son los efectos colaterales de los riesgos que asumió Alberto Fernández con la invitación que le hizo a Inácio Lula Da Silva para que fuese uno de los oradores principales en el acto por el Día de la Democracia y los Derechos Humanos que se concretó este viernes en la Plaza de Mayo.
Dos días antes, el gobierno de Brasil había anunciado que la Cumbre del Mercosur, que estaba prevista para hacerse de manera presencial en Brasilia, se realizará finalmente de modo virtual. El gobierno de Bolsonaro aludió a motivos sanitarios para el cambio tras la llegada de la cepa Ómicron al continente. En la Casa Rosada, los empleados que se ocupan de los viajes internacionales ya tenían todo preparado para el viaje de Alberto Fernández y de Santiago Cafiero a la capital brasileña, que debieron cancelar intempestivamente.
La modificación en el formato del encuentro despertó suspicacias en el ámbito diplomático. Según los trascendidos, habría causado malestar en el Palacio del Planalto la invitación de parte del primer mandatario argentino a Lula.
Tanto Alberto Fernández como su portavoz, Gabriela Cerruti relativizaron la centralidad del ex mandatario en el acto y negaron que el evento fuera una señal de apoyo explícito al líder del Partido de los Trabajadores (PT) en las próximas elecciones brasileñas. “Esto excede por mucho a Lula. Es el típico festejo por los Derechos Humanos, pero en un contexto especial porque hace mucho que no se hace por la pandemia”, minimizaron.
También refutaron cualquier relación entre la decisión de Bolsonaro de transformar en virtual la cumbre del Mercosur con motivos políticos. “Fue por cuestiones estrictamente sanitarias”, dijeron en la Casa Rosada tras recibir el documento donde la administración Bolsonaro comunicaba su decisión.
En el Gobierno argentino creen que la visita de Lula, quien también mantiene un vínculo afectivo con la vicepresidenta Cristina Kirchner desde hace varios años, no afectará la relación con el gobierno de Brasil, ni las relaciones económicas. De hecho, aseguran que el vínculo con ese país se encuentra “en su mejor momento”.
Argentina exportó por 12 mil millones de dólares a Brasil, su principal socio comercial, entre enero y octubre. Las exportaciones argentinas subieron un 50% respecto de 2020 y el superávit comercial fue de 92,4 millones de dólares.
“Sabemos que hubo algunos roces, pero aún ante las peores declaraciones de Bolsonaro hubo buen diálogo”, sostienen funcionarios argentinos en el país vecino. Además, en Balcarce 50, un vocero recordó que que hace unos días también se suspendió la presencialidad en la cumbre ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC) por cuestiones sanitarias.
A pesar de las señales del gobierno argentino a favor del principal referente opositor a Bolsonaro, del otro lado de la frontera, el embajador Daniel Scioli intenta mantener aceitado el vínculo con el gobierno de derecha que el kirchnerismo mira de reojo.
En ese sentido, Scioli el 1° de diciembre propició una visita del secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, y del vicejefe del Gabinete Nacional, Jorge Neme, con el ministro de Economía de Brasil, Pablo Guedes. También se vieron con el almirante Flavio Viana Rocha, mano derecha de Bolsonaro, para estrechar las relaciones bilaterales y celebrar el Día de la Amistad entre los dos países.
También ambos mandatarios ese día grabaron videos que se difundieron durante la celebración en la sede de la representación diplomática argentina en Brasilia con más de 300 invitados.
En sus redes sociales, Scioli contó aquella vez que “con Viana Rocha abordamos la agenda científica y estratégica como la de los reactores de múltiples fines, la cooperación científica antártica, temas relacionados a biotecnología e inteligencia artificial, asuntos del futuro y cooperación para llevar a nuestros países adelante”.
Scioli es el encargado de mantener el delicado equilibrio entre ambos países desde su arribo a la embajada. Esta vez, en la semana previa a la Cumbre del Mercosur, no será la excepción.