La Justicia realizó allanamientos hoy en propiedades del principal sospechoso de la desaparición de Pablo Maximiliano Mariotti, ocurrido el 7 de febrero pasado. Las medidas también se llevaron adelante en residencias del entorno del acusado, informaron fuentes oficiales.
La hipótesis de la fiscala Mariana Rivadeneira, a cargo del caso, se ha centrado en que la víctima le había entregado al sospechoso, antes de la desaparición, una importante suma de dinero, con el fin de continuar con las operaciones de préstamo a terceros. El desaparecido estuvo alrededor de un mes de vacaciones y cuando regresó, de acuerdo a la teoría de la pesquisa, le habría exigido a L.G. que le devolviera el capital. Esto no ocurrió, por lo que entre ambos se originó una discusión.
A partir de la declaración de un testigo, los investigadores conocieron que el sospechoso, además de ser prestamista también, era propietario de una firma de seguridad privada. En particular, se supo que tenía a cargo un grupo de rondines que trabajaba en un barrio de la zona norte de la capital.
No se descarta que en las próximas horas, la fiscala requiera la detención del acusado.
El caso
Mariotti vivía solo y casi no tenía familiares directos. Hace más de dos semanas, el joven mantuvo contactos con sus amigos a través de WhatsApp. Pero el sábado 8 de febrero, a la madrugada, en su vivienda de Lamadrid al 1.300, se registró un incendio, y ese siniestro despertó sospechas entre sus amistades que denunciaron en la Seccional 2ª y en la Justicia.
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A partir del domingo 9 fueron aportando datos sobre algunos puntos que les resultaban sospechosos. Mariotti les envió mensajes escritos por la red social, cuando siempre les mandaba audios a sus amigos, ya que tenía serios problemas de vista.
El incendio registrado en su casa, según los informes periciales, habrían sido intencional e iniciado en lugares claves de la casa. Otro dato: Pablo amaba a sus dos perros y nunca los hubiera abandonado sin avisar, menos aún si uno de ellos debía ser medicado todos los días. Ese can, según confirmaron sus allegados, murió en los últimos días.
Los amigos también le informaron que el desaparecido, después de haber cobrado una importante suma de dinero de una herencia, había extremado las medidas de seguridad. “Era un perseguido”, declararon. Pero cuando se presentaron en la vivienda, encontraron las puertas abiertas sin llave. Tampoco se encontraron las dos armas que él había adquirido para protección.
En diciembre Mariotti había adquirido una moto valuada en más de $200.000, pero el rodado hasta hoy a la mañana también estaba desaparecido.
Un grupo de policías se presentó en la casa del joven para informarle que la Yamaha había sido encontrada abandonada en la zona del ex Arsenal. Allí se dieron con la novedad que nadie sabe del paradero del propietario.