Patricia Bullrich siente que está a tiro. Después de cavilar durante tres semanas sobre el inesperado triunfo de Javier Milei (La Libertad Avanza) en las PASO del 13 de agosto, la precandidata presidencial de Juntos por el Cambio relanzó su campaña con la certeza de que sus chances de ingresar al ballottage aún están intactas. Pese a que varios sondeos pronostican que podría hundirse en el tercer puesto, detrás de Milei y Sergio Massa (Unión por la Patria), la exministra de Seguridad está convencida de que el escenario quedó abierto y confía en que logrará la hazaña de la remontada.
La ilusión de Bullrich se basa en los resultados de los focus groups que encargó el consultor Derek Hampton, el arquitecto intelectual de la estrategia de campaña de la exministra, después del terremoto político de las primarias de agosto. De bajo perfil y con cada vez mayor influencia en la toma de decisiones del equipo de Bullrich, Hampton transmitió optimismo tras analizar los datos de esos estudios cualitativos. “Hay muchos votos para ir a buscar”, se entusiasma uno de los consejeros de Bullrich.
A pesar de que el desánimo se apoderó de la mayoría de los referentes territoriales de JxC, porque consideran que la victoria de Milei trastocó el tablero electoral y comprometió las posibilidades del espacio de llegar a la segunda vuelta, Bullrich y su estratega evalúan que podrán consolidar el 28% de los votos que obtuvo el frente en las PASO y crecer unos cuatro o cinco puntos. Si logran superar el umbral del 32%, repiten los armadores de Bullrich, la presencia de JxC en la disputa por el premio mayor estará garantizada.
“Hay un claro camino para recorrer y conseguir los votos que hacen falta para entrar en la segunda vuelta”, remarca uno de los principales colaboradores de Bullrich.
Según los datos que se desprenden de los focus groups, los potenciales votantes de JxC en las elecciones generales del 22 demandan “orden” y tienen un profundo sentimiento antikirchnerista. Por esa razón, Bullrich reforzó en los últimos días su perfil opositor al gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Les dará esa impronta a sus mensajes en las redes y discursos públicos o en los contactos con la gente en el territorio. No es casual, por caso, que haya recordado el jueves durante la presentación de su último libro en la Facultad de Derecho de la UBA o en las últimas entrevistas televisivas que ella enfrentó a los Moyano, denunció hechos de corrupción en el gobierno de los Kirchner o el pacto con Irán y el supuesto “asesinato” del fiscal Alberto Nisman; o que salió a reclamar el fin de las restricciones sanitarias durante la pandemia o la reapertura de las escuelas. Y es el espíritu que busca imprimirle a su gira electoral a bordo de un motorhome, con las que busca recuperar la épica y motivar a la tropa militante y dirigencial de JxC.
“No hay que confrontar con Milei porque lo alimentamos. El adversario es el kirchnerismo y Massa. Esa es nuestra lógica”, apunta uno de los leales de la exministra.
De hecho, Bullrich comenzó ayer su caravana “Vamos por la Argentina” en el aeropuerto de El Palomar, que el gobierno de Fernández decidió cerrar, e hizo una parada en el hospital Posadas, una de las sedes del escándalo del “vacunatorio VIP”. El lema de la campaña de Bullrich ya no será “si no es todo, es nada”, que utilizó para confrontar con Horacio Rodríguez Larreta, en la competencia interna de JxC, sino “terminar con el kirchnerismo”. “Tiene que volver a ser ella”, coinciden jerarcas de Pro y la UCR que monitorean inquietos los movimientos de la exministra en la campaña. En ese sector ven con buenos ojos que haya volcado a “la calle”.
Con la cruzada antikirchnerista, Bullrich pretende aglutinar al espectro de votantes opositores más amplio posible. Y, a su vez, contrastar con la figura de Milei, a quien acusa de haber estado ausente durante el auge de poder de los Kirchner o de tener conexiones y pactos subterráneos con Massa. “El antikirchnerismo es nuestra bandera y no la podemos abandonar”, dice uno de los aliados de la exministra que escuchó las conclusiones de los estudios encargados por Hampton.
El “temor” a Milei
Además de reclamar “orden” -en materia de seguridad, economía o educación- y poner fin al ciclo del kirchnerismo en el poder, de los trabajos realizados por Hampton, especialista en comunicación política estratégica de la consultora Move, surge que en la cantera de posibles votantes de Bullrich hay “temor” a las propuestas de Milei, como los vouchers educativos o el cierre del Conicet.
A la hora de analizar la composición del voto de Milei, detectaron que hay un universo de seguidores del líder de La Libertad Avanza que optaron por su boleta en las primarias, pero que no están fidelizados. Dicho de otro modo: están convencidos que hay un votante “blando” del libertario que podría inclinarse por Bullrich en las elecciones generales ante el “miedo” que genera un experimento como el de Milei, por la falta de sustento legislativo y estructura político. El factor gobernabilidad.
En cambio, aseguran cerca de Bullrich, el economista libertario consolida su influencia sobre el segmento de los jóvenes. Por su parte, la exministra logra atraer a los adultos mayores y tiene chances de captar adhesiones en el universo de las mujeres, donde el mensaje de Milei genera rechazo o incertidumbre. “A esos hay que convencerlos en el cara a cara. Por eso, volvemos al laburo territorial, el puerta a puerta. Faltan tres semanas y depende de nosotros”, afirman en el equipo de la exministra.
Si bien ella evitará el cuerpo a cuerpo con Milei, seguirá marcando sus diferencias con los planes de La Libertad Avanza, como hizo con la defensa de la educación pública, la dolarización, la visión de la política exterior o el vínculo con el papa Francisco y la Iglesia.
Córdoba y los ausentes
La prioridad de Bullrich, dicen sus armadores, no es recuperar votantes que se habrían mudado al campo de Milei, sino lograr una mayor movilización de los seguidores de JxC que no fueron a sufragar en agosto. En otras palabras: anhelan que se vean beneficiados por un aumento del nivel de concurrencia a las urnas. La participación en las PASO fue del 69% y bajó más de siete puntos respecto de 2019. Esa cifra marcó un récord: once millones de personas se abstuvieron de involucrarse en el proceso.
Bullrich y Hampton sueñan con crecer gracias al empuje de un sector de esa pecera. Resta saber si una gran porción de esos electores comulga con JxC, como creen en Pro, o se inclinarán por un voto bronca, más proclive a acompañar a Milei, al peronismo u otra opción opositora.
En el comando de campaña de la exministra se aferran al antecedente de Macri en 2019, cuando creció casi ocho puntos -2,7 millones de votos- en los comicios generales respecto de su performance en las PASO. Uno de los distritos donde irá a recolectar esos feligreses es en Córdoba, histórico bastión macrista que se convirtió en fortaleza de Milei en agosto.
Macri había ganado siempre en el terruño de Juan Schiaretti, incluso, en la debacle de las primarias de 2019. Pero ahora JxC -la suma de Bullrich y Larreta- salió tercero con el 25%, detrás de Schiaretti (27,5%) y Milei (33,6%). Urgida de intervenir tras las advertencias de Nicolás Massot, la postulante presidencial convocó a una cumbre el jueves en la sede de Pro a Luis Juez, Rodrigo de Loredo y Mario Negri. También estuvieron Laura Rodríguez Machado, Luis Picat y Damián Arabia. Todos ellos escucharon el análisis de Hampton sobre el panorama electoral y las conclusiones de los focus.
Decidida a dar vuelta la página para mejorar la capacidad electoral en Córdoba, la exministra les delegó a Juez, de Loredo y Negri la manija de la campaña. E irá al menos tres veces a esa provincia -Macri armó una visita paralela la semana próxima- para reactivar a intendentes y concejales propios en un plenario. “Se hará un cambio de 180 grados en la campaña. Hay que recordarle a los cordobeses que el gobierno de Cambiemos fue el más beneficioso para la provincia. Se hará un cambio de 180 grados”, aseguraron fuentes al tanto de las conversaciones.
En sus desembarcos a Córdoba Bullrich planea llegar escoltada por referentes de JxC, como María Eugenia Vidal, José Luis Espert, Miguel Pichetto y Ricardo López Murphy. Necesita ponerle épica a su cruzada para alcanzar el ballottage. “Vamos a ayudar, pero no somos magos”, dicen los cordobeses.
Bullrich también empoderará a los gobernadores electos Claudio Poggi (San Luis), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Marcelo Orrego (San Juan) e Ignacio Torres (Chubut) para que gestionen las campañas en sus distritos con miras a octubre. Lo activó Sebastián García de Luca, el coordinador nacional del proyecto presidencial de Bullrich.
Otro dato sobre la morfología del voto de Milei que aportaron los armadores de Bullrich en Buenos Aires les hace pensar en JxC que tienen chances de dar vuelta la elección. Calculan que dos tercios de las adhesiones que consiguió el jefe de La Libertad Avanza pertenecían al peronismo en 2019. Es una conclusión que también sacó Pullaro en Santa Fe: Milei crece sobre el voto peronista. “No sé cómo Massa va a recuperar o buscar votantes en el norte y el conurbano. No hay beneficio social que los mueve. Dan el plan como un hecho y quieren votar a Milei; sienten que no tienen nada que perder”, comenta uno de los colaboradores de Bullrich que analizó los resultados en los circuitos electorales de la provincia.
Quienes aconsejan a la exministra repiten que JxC debe “salir rápido de la interna”, ya que un fragmento de sus seguidores no tolera los chispazos y las disputas intramuros en el espacio. Por esa razón, Bullrich hará actividades “cruzadas” con aliados de Larreta para exhibir cohesión interna. En el larretismo se quejan por la falta de contención, pese a las postales públicas de unidad. El casamiento de Grindetti en Pilar, por donde desfilaron los máximos referentes de Pro, no ayudó a la difícil misión de cerrar filas. Los seguidores de Larreta se enteraron de las críticas que recibió el jefe porteño durante la fiesta: “Siguen atados a la interna y eso no contribuye”, desliza uno de los escuderos del alcalde.