El norte de Santa Fe atraviesa la misma sequía histórica que gran parte de la Argentina. Las lluvias que llevaron el último fin de semana algo de alivio, y algo de esperanza a algunos sectores, pasaron de largo por los alrededores de Reconquista. Acá las lagunas desaparecieron, y los arroyos se transformaron en hilos de agua de los que poco y nada se consigue.
Arroyo Golondrinas
Imágenes satelitales del arroyo de enero 2021 (izquierda) y del 11 de enero de 2023


Esta es una zona eminentemente ganadera. Acá la lucha es mantener a los animales vivos. Muchos no lo logran. Algunos tienen que caminar más de kilómetros entre el lugar en el que están las pasturas y el sitio en el que pueden tomar agua. Muchos mueren en el camino.
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Los productores tienen sólo dos opciones: o mal vender el ganado para que no se muera en el campo, o entrar en la ruleta interminable de ir a buscar agua en camiones y tractores, y mantener ese circuito eternamente a la espera de que algo cambie y las lluvias lleguen. Nadie sabe cuándo va a pasar eso.
Lo que queda es vivir entre la esperanza de que algo caiga del cielo y la angustia de perderlo todo.