“Si, totalmente”. Así de contundente fue la respuesta del referente tucumano del radicalismo, Ariel García, cuando fue consultado sobre si la causa por el robo de la Ciudad Universitaria de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) influyó en los votantes tradicionales de la histórica fuerza.
“Creo que esta investigación periodística que ha dado visibilidad la prensa, ha generado mucha preocupación en muchos sectores de la sociedad, sobre todo en electores que al radicalismo no le perdonan nada y están muy atento a este tipo de cosas”, completó el Boina Blanca durante una entrevista radial.
Las razones, según argumentó García es que “uno de los principios del radicalismo es la moralidad administrativa, entonces no podemos perder los principios”. “Son banderas que el radicalismo tiene que mantener bien en alto porque es la forma de luchar contra la corrupción”, añadió y destacó la importancia de que la causa y lo que pasó con el proyecto, como sus implicados, salgan a luz: “el pueblo tiene derecho a saber de qué se trata”.
En otro tramo de la entrevista, García hizo un balance de los comicios como oposición, realizando una dura autocrítica. “Este contundente resultado electoral que obtuvo el gobierno, es la muestra de que la fuerza que tenía que construir una nueva mayoría y alternativa en Tucumán fue derrotada”.
“No sólo fue derrotada electoralmente, sino que fracasó en la construcción de un proyecto colectivo y esto demuestra que en Tucumán le ganó el individualismo a la oposición. Este factor, que se demuestra en todas las elecciones de los últimos años es una oposición que lejos de entender que debe construir una alternativa, se vio debilitada como consecuencia de los egoísmos y personalismo que llevaban algunos dirigentes que por solo obtener una banca se puede cambiar la realidad de una sociedad. La realidad se cambia construyendo nuevas mayorías, gobernando y ganando elecciones”, apuntó.
Sobre su espacio en particular, el referente señaló que “hacia dentro del radicalismo faltó la construcción colectiva”. “Llevamos al presidente de nuestro partido (Roberto Sánchez) como candidato a gobernador, algo que veníamos pidiendo desde siempre, que la UCR sea la máquina que conduzca y no que vaya de furgón de cola”.
“Hay dirigentes que entendimos que era el momento de construir una nueva mayoría y otros que se quedaron en los kioscos de ver cómo llevan agua para su molino”, lanzó. Sobre la fórmula, Sánchez – Alfaro, el legislador explicó que “ellos sintetizaban una fórmula que la demandaban diferentes sectores, pero no fue suficiente”. “No hubo una campaña coordinada con todas las fuerzas. Era el antón pirulero, cada cual hacía su juego. Y ahí está la respuesta, que es el abrumador resultado”, cerró.