Ariel García, referente de la Unión Cívica Radical, comentó sobre la realidad actual del partido y aclaró las cuestiones que tienen que ver con las internas políticas. “Me parece que lo más importante y lo que hay que poner en valor es que se terminó la intervención del radicalismo en Tucumán. Se trata de un partido que nació luchando para que el pueblo pueda elegir libremente a sus representantes, a través del voto único, universal y secreto”.
Aseguró que “era una cosa antinatural que el radicalismo esté intervenido. Para mí era muy importante terminar con esos casi cuatro años de intervención, para que Tucumán tenga un partido político normalizado y que se lleve adelante una organización que requiere de un gran esfuerzo”. Sin embargo, comentó que “cuando se trata de muchos años de intervención en la democracia, hay algunas personas a las que les cuesta entender el fin de esa intervención. Y que ya no había un pensamiento único, por lo que había que generar consensos y acuerdos”.
Consultado por la falla en la unidad del partido, lo que generó que algunos representantes como por ejemplo Sebastián Salazar o Argañaraz, se alejaran, García expresó: “La unidad nunca estuvo en juego. Hay que distinguir dos cosas: una cosa es el consenso que se logró y otra es el objetivo de la unidad del radicalismo. No se puede creer que, porque nos hayamos sentado a hablar, estemos unidos”.
“Hay un camino por recorrer. Lo que tenemos como desafío es lograr la unidad del partido. Si somos capaces de eso, el radicalismo podrá ofrecer una alternativa de gobierno a Tucumán con vista al 2023 o a las elecciones que se presenten”, declaró. Y resaltó que “hoy recuperamos la casa. El radicalismo estaba con las puertas cerradas, intervenido. Es difícil seducir a la sociedad si no tenés las puertas abiertas”.
Sobre por los registros de las últimas elecciones donde figuran personas que ya no están, el politólogo aclaró: “Somos seres humanos y todos podemos cometer errores. La Junta Electoral involuntariamente no tuvo los controles y la revisión de la documentación necesaria. Por eso a partir de una observación de la Justicia, pudo enmendar ese error. Se había tomado una lista, que era la última interna, de hace cuatro años, se les pasó en un cruce de datos. No hubo fraude”.
En ese marco García apuntó a aquellos dirigentes que según él perdieron la humildad. “Cuando un dirigente político se sube a la soberbia, pierde la capacidad de autocrítica. Esto lo vivimos los tucumanos con un gobernador que estuvo por 12 años, José Alperovich. Hay que aprender de los errores en base a la experiencia y reconocer si se equivocó en algo. Yo no tengo nada que ver con el error de la Junta, pero sin embargo lo defiendo porque fue involuntario”.
Sobre las denuncias y renuncias durante el proceso electoral del radicalismo, donde se comentó que el alfarismo había “metido la cola” y sus sensaciones al respecto indicó que es normal que pueda haber especulaciones de esa naturaleza. “Si hay gente que esté con el intendente y cree que esto ayuda, no le está haciendo un favor. Creyendo que intentar destruir un partido pensando que favorece a otro es un error caprichoso. Hay dirigentes que querían que el partido siga intervenido, tenían que haber celebrado en realidad”.
Teniendo en cuenta su cargo en ENARGAS, el histórico dirigente radical aseguró que se trata de un organismo de ente de contralor, “regula el servicio que presta una empresa privada de un servicio público. Donde la UCR incorporó que en todos los organismos de contralor tenía que estar a cargo de la oposición; para dar un equilibrio y evitar el monopolio. Ahí tenés la mejor respuesta”.
Respondiendo sobre su relación y diálogo con Juan Manzur, afirmó que se trata siempre de un diálogo institucional. “Tengo que tenerlo porque forma parte de mi trabajo y mi función en mi labor parlamentaria. Algunos que son legisladores no tienen que ser opositores bobos, se oponen a todo en vez de buscar cómo mejorar la vida de la gente”.
Consultado por su opinión de los posibles candidatos para las próximas elecciones provinciales, resaltó la figura de Roberto Sánchez. “Sin dudas es el máximo exponente que tiene el radicalismo para ser candidato a gobernador para el 2023. Tiene las cualidades y condiciones para ser ese Celestino Gelsi que tuvimos en su momento. Demostró la capacidad de construir consenso”, manifestó.
Además, puntualizó en su relación con el intendente de Bella Vista, Sebastián Salazar. “Le falta experiencia y sobre todo le falta recuperar humildad. No es el mismo, se subió al caballito de la soberbia. Se tiene que hacer cargo de sus errores. Tuvo una actitud inmadura y demostró que no le interesaba estabilizar el radicalismo. Sino que quería satisfacer su ambición personal”, comentó.
En esa línea, reconoció que “le propuse que su padre sea el presidente de la convención, pero dijo que no. Me cuesta creer que ese sea Sebastián mi amigo. Siempre lo acompañé, pero lamentablemente este último tiempo me parece que es otra persona. Me mostró un rostro que no conocía, no tuvo el valor de decirme a la cara que no compartía algunas ideas, lo hizo a través de los medios”.
Sobre Mariano Campero, dijo que “es con quien, a pesar de tener diferencias políticas, reconoce que tuvo un gesto de madurez al ayudarlo a Sánchez, haciendo un paso al costado y dando lugar al consenso”. Considerando su lugar en el proceso para que JxC consiga el poder, resaltó que “el radicalismo tiene que convertirse en la columna vertebral sólida de una gran coalición con vocación de poder”.
“Me gusta que nos juntemos para cambiar la realidad de los tucumanos. Lo plantee con Cano, Silvia y todos los dirigentes del partido. Los radicales tenemos que tener en claro que estamos en la misma barca, nadie se salva solo”, añadió. En relación a la posible candidatura de Domingo Amaya, García dijo: “Tengo entendido que no es del PRO, sería un problema para el peronismo de Alfaro y Amaya. No puedo intervenir en un debate interno de capital”.
Y, para finalizar, el líder del Movimiento de los Boina Blanca dejó en claro que “aquel que dice que no es momento de hacer política, es porque eso es lo que él está haciendo y no quiere que el otro lo haga. Están en campaña política, y hay que decirle la verdad a la gente. Es una negación política decir que no es momento de candidatura. No usemos la gente para decir que nos preocupan sus problemas”.