“Todavía están calentitas las urnas, pero sin dudas faltó una apuesta colectiva; entender que nadie se salva solo. El individualismo le ganó a la oposición. Una vez más, algunos estuvieron más preocupados por obtener una banca; y a raíz de esos egos y de ese jugar al ‘antón pirulero’ dejaron de ver que los problemas de los tucumanos se resuelven gobernando la provincia”, afirmó el líder del movimiento Boina Blanca, Ariel García.
Por el contrario, señaló que el oficialismo comprendió rápidamente la necesidad de impulsar un proyecto. “Las elecciones dejaron un rotundo mensaje: una fuerza trabajó colectivamente; por eso recogió esa abrumadora cantidad de votos, aplastando al individualismo. Acá el gran derrotado fue el individualismo, el creer que con un nombre era suficiente. Había que trabajar colectivamente, hacer un esfuerzo militante, como lo hemos hecho con los jóvenes boina blanca, que a toda hora, con sol, con frío, con lluvia estaban llevando la propuesta para construir una nueva mayoría en Tucumán. Lamentablemente hay dirigentes que no han entendido eso y se dedicaron a trabajar por una banca”, insistió.
De su análisis separó a los candidatos a gobernador y a vicegobernador de Juntos por el Cambio, Roberto Sánchez y Germán Alfaro, respectivamente. “Ellos sintetizaban el proyecto de construir una nueva mayoría. Hay dirigentes que no lo entendieron; no creo que sea el caso de ellos dos. La crítica es para la segunda línea, para quienes debían trabajar en la construcción colectiva y cayeron nuevamente en la trampa de jugar al sálvese quien pueda”, puntualizó García.
Destacó la performance de su lista, pese a que los guarismos no alcanzaron para acceder a la Legislatura. “Nos tocó este momento de sembrar, y estamos contentos de que junto a jóvenes y a mujeres hayamos logrado la adhesión de más de 13.000 voluntades. Esto habla claramente de que la renovación política en Tucumán sigue siendo una necesidad, sigue siendo algo que la política debe incorporar en la agenda de los diferentes niveles de Gobierno.