
En Aguas Blancas, un pueblo chico, los vecinos detectan rápidamente a quienes ingresan de manera ilegal y por norma se los pone en cuarentena, pero esto hace colapsar el lugar dispuesto para cumplir con el aislamiento de 14 días en esta localidad fronteriza, donde los casos de coronavirus en Bolivia han tensado mucho la situación en el límite. Este viernes, en medio del alerta, se confirmó que seis personas que debían estar en aislamiento obligatorio en Aguas Blancas se habían fugado. Lo confirmó el intendente Sergio Oliva.
En diálogo con medios locales, detalló que se trata de vecinos bolivianos que entraron por pasos clandestinos, con doble nacionalidad, que habían sido puestos cuarentena y decidieron marcharse. Es probable que hayan partido hacia Bolivia, aunque no se descarta que se hayan adentrado en territorio salteño.
El jefe comunal, a su vez, lamentó la precariedad en materia de seguridad que padece la localidad fronteriza. “Sólo contamos con 4 efectivos por turno”, aseguró, y agregó que de esta manera es difícil cumplir con todas las medidas.
Cuello de botella
El intendente Oliva señaló a medios locales que la frontera con Bolivia “es muy permeable”, y que la gente “sigue pasando”. “Estamos en un cuello de botella”, argumentó.
En esta misma línea, el gobernador Gustavo Sáenz, en diálogo con el presidente Alberto Fernández, solicitó refuerzos para custodiar y controlar el ingreso en los pasos fronterizos.
“Se transita por los pasos ilegales y se colapsa la zona de aislamiento que está preparada para los repatriados de Aguas Blancas”, dijo Oliva.
“No tenemos mayor presencia policial”, señaló el jefe comunal, quien además mencionó que esperan que haya mayor cantidad de efectivos, al igual que personal del Ejército y de Gendarmería en la zona. Oliva agregó: “No queremos que haya casos positivos en Bermejo para actuar sobre la marcha sino prevenir. Bermejo tiene casos sospechosos y se abastece de mercadería de ambos lados”.
“Nosotros tenemos el caso de los camiones que transitan permanentemente el lado internacional. Los camioneros hacen un esfuerzo grande, pero Tarija está muy cerca, y ya tiene circulación comunitaria”, subrayó.
Un sistema muy frágil
El intendente Oliva resaltó que han sido muy duros en cuanto a la cuarentena, que los comerciantes atienden de 8 a 15 y que la gente del lado boliviano igual llega para abastecerse.
“En Aguas Blancas no tenemos hospital. Solo centro de salud, que depende del San Vicente de Paúl, del que estamos a 50 kilómetros”, contó, dejando en claro la fragilidad del sistema sanitario en la zona, que además muestra sus débiles controles.