A fines de marzo, la Corporación Nuclear Nacional de China (CNNC) anunció la entrada en operación comercial de la unidad número 6 de la central de Fuqing, la segunda de China que utiliza el reactor Hualong One, el mismo que se busca instalar en la Argentina para la Central Atucha III. Este reactor de tercera generacióny diseño chino es una pieza clave en el proyecto de Xi Jinping de convertir a su país en la primera potencia mundial del nuclear civil dentro una década. Y el rol argentino en facilitar ese camino aparece como clave.
Aunque China llegó tarde a la energía nuclear, con una primera central inaugurada a principios de los ‘90, el país ahora tiene 51 reactores en operación. Es así el tercer operador mundial, después de EEUU con 96 reactores y Francia con 58. El país de Xi Jinping planea sin embargo convertirse en el primero para 2030.
China también busca convertirse en un jugador global del mundo nuclear. ahí es donde entra en juego la venta del reactor Hualong One a la Argentina, un proyecto clave para Beijing.
Atucha III, el proyecto que le daría legitimad mundial a China
En 2019, el expresidente de la CNNC dijo que China podría construir 30 reactores en el extranjero para 2030 a través de su Iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda.
El primer cliente fue Pakistán, donde la unidad 3 de la Central Nuclear de Karachi alcanzó por primera vez el 100% de potencia hace unas semanas. Un logro que fue celebrado en Twitter por Nucleoeléctrica. Y con razones, la Argentina sería el segundo país en adoptar la tecnología china con Atucha III.
“China está acelerando, es el país que más construye para alimentar su mercado interno. Está en una curva de aprendizaje y podría transformarse en el principal operador de centrales nucleares de mundo. ¿Eso significa que es un líder global? No, sino que es un gran operador. Para ser líder global necesita transformarse en un jugador global”, dijo a TN Julián Gadano, ex subsecretario de Energía Nuclear y director del Área Nuclear en la Fundación Argentina Global así como del Programa de Estudios en Energía Nuclear de la UNTreF.
“China demostró que encontró la tecnología, ha absorbido el conocimiento y es un diseñador de reactores autónomo, pero recién arranca, tiene que demostrar que puede vender en países con altos estándares y regulaciones y es lo que trata de hacer con Atucha III. Pakistán no representa un desafío, venderle a la Argentina es dar el salto”, dijo Gadano a TN.
Sin embargo, el experto cree que el creciente enfrentamiento con EEUU y las consecuencias de la guerra de Ucrania pueden complicar el sueño chino. “Occidente está de nuevo activo en el mercado nuclear, sobre todo EEUU y Francia y la Casa Blanca se muestra más agresiva en tratar de bloquear el avance de China en la escena global. Se viene una nueva configuración oriente-occidente que puede afectar el acceso de los chinos a mercados occidentales”, afirmó.
Sobre el proyecto de Atucha III, Gadano lo ve aún “muy lejano”. “Salvo la firma del contrato comercial, está en un punto muerto. Hay anuncios pero no se ven públicamente avances reales. Estaría casi seguro que no va a avanzar durante este gobierno”.
Además, Gadano cree que “para el mundo en desarrollo, en países con Argentina, México, Brasil, y naciones de África y Europa del este convendrían mejor modelos más pequeños (como el carem local) que son muy buenos socios de las energías renovables y tienen más que ver con los sistemas de hoy”.
El reactor Hualong One
El Hualong One (HPR1000) es un reactor de tercera generación diseñado por el China General Nuclear Power Group y la CNNC. Es un reactor de uranio enriquecido y agua presurizada, con una potencia de diseño de 1150 MW y una vida útil de 60 años. La tecnología compite en el mercado global con el AP1000, desarrollado por Westinghouse, y con la tecnología del reactor presurizado evolutivo (EPR) de Europa.
Según la CNNC el Hualong One “fue desarrollado y diseñado sobre la base de más de 30 años de experiencia en investigación, diseño, fabricación, construcción, operación y gestión de energía nuclear”.
El reactor chino es un componente clave de las ambiciones nucleares del país asiático, que apunta en gran medida a esa tecnología para descarbonizar su economía. El objetivo de Xi Jinping es que China, mayor emisor del mundo, llegue a la neutralidad de carbono antes de 2060. Todo un desafío cuando más del 60% de la energía china sigue proviniendo del carbón, según Energy Monitor.
A principios de mes, la Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo (CNRD), el principal órgano de planificación económica del país, publicó sus objetivos de expansión de energía nuclear: pasar de una capacidad actual instalada de 49,89 millones de kilovatios a 70 millones de kilovatios en 2025.
“China debería promover la implementación de proyectos nucleares en su costa, además de mantener un ritmo de construcción razonable. Recomendamos el uso de la energía nuclear en campos como la calefacción limpia, la calefacción industrial y la desalinización del agua”, sostiene el informe presentado por la CNRD.
China quiere construir 150 reactores en su costa
Para convertirse en el primer operador para la década del 2030, la segunda economía del mundo pretende construir 150 nuevas centrales -más de lo que el resto del mundo construyó en los últimos 35 años.
Según Energy Monitor, el país tiene 51 reactores en operación, 18 reactores en construcción, 43 reactores en espera de permisos y 166 reactores masivos que se anunciaron.
La capacidad combinada de estos más de 200 reactores sería de 246 GW, más que toda la capacidad de generación de electricidad de Alemania (225 GW) y sería suficiente como para abastecer a más de una docena de ciudades del tamaño de Beijing, sostiene Energy Monitor.
Con unos 5 años promedio de construcción, la ambición china puede parecer desmesurada. Aunque el país cuenta con algunas ventajas: alrededor del 70% del costo de los reactores chinos está cubierto por préstamos de bancos estatales, a tipos de interés mucho más bajos que los que pueden conseguir otras naciones, aseguró en una entrevista a Bloomberg François Morin, director para China de la Asociación Nuclear Mundial.
Además, aunque China mantiene los costos exactos en secreto, analistas como BloombergNEF y la Asociación Nuclear Mundial calculan que el país puede construir centrales por unos 2500 a 3000 dólares por kilovatio, aproximadamente un tercio del coste de los proyectos recientes en EEUU y Francia.
China apuesta al nuclear para salir del carbón
China afirma que sus planes podrían evitar unos 1500 millones de toneladas de emisiones anuales de carbono, más de lo que generan el Reino Unido, España, Francia y Alemania juntos, informó Bloomberg.
El plan definitivo de China es sustituir casi todos sus 2990 generadores a carbón por energía limpia para 2060.
La energía eólica y la solar pasarán entonces a dominar la matriz energética del país. La energía nuclear, más cara pero también más fiable, ocupará un tercer puesto, según una evaluación realizada por investigadores de la Universidad de Tsinghua.
Para tomar noción del drástico cambio que significa, vale mirar algunas cifras. Según Energy Monitor, en 2019, la energía eólica representaba apenas un 5% de la matriz energética del país, al igual que el nuclear, mientras que la energía solar representaba un 3%, muy por debajo de la energía hidroeléctrica (un 17%) y sobre todo del carbón (un 63%).
En ese sentido, Gadano afirmó que “el nuclear es parte de la solución. Es muy difícil cumplir con los objetivos de la COP21 sin energía nuclear, las renovables son intermitentes y el almacenamiento masivo de energía está en desarrollo. El mundo se está dando cuenta de eso, que el nuclear es parte de la agenda de transición”.
Mientras tanto, China trabaja en una versión simplificada de su reactor, el Hualong Two, cuya construcción comenzaría en 2024. En una entrevista a Reuters, Cao Shudong, vicegerente general de la CNNC, dijo que la construcción del nuevo modelo debería llevar cuatro años en lugar de los cinco del Hualong One y ser más barata, aunque sin renegar con los estándares de seguridad.