Los alegatos en la causa Vialidad terminaron hoy y el juicio que tiene a Cristina Kirchner y Lázaro Báez en el banquillo de los acusados entra en la etapa de definiciones. El tribunal oral anunció que las audiencias se retomarán en dos semanas, el 14 de noviembre próximo, cuando el fiscal Diego Luciani tendrá la posibilidad de contestar los planteos de nulidad y las excepciones que introdujeron las defensas durante sus exposiciones.
Hoy, seis de los abogados de los acusados pidieron la palabra, cuanto terminó el último alegato, y se opusieron a que la fiscalía interviniera para contestar esos planteos. No querían volver a escuchar a Luciani, quien pidió pena de 12 años de prisión para la vicepresidenta y su inhabilitación para cargos públicos tras exponer las presuntas irregularidades en la obra pública de Santa Cruz.
El tribunal pasó entonces a un cuarto intermedio para deliberar sobre este pedido de los defensores y les contestó que la fiscalía debía tener la oportunidad de contestar. “Omitir la opinión de la contraparte violaría el principio de bilateralidad y contradicción que hace al debido proceso legal de un juicio adversarial”, dijo el presidente del tribunal, Jorge Gorini, que leyó lo que acababa de decidir junto a su colegas. Los tres exhortaron, no obstante, a los acusadores “a circunscribirse a las vistas”; es decir, a no reabrir su alegato contra los acusados.
El planteo para que Luciani y su ayudante, el fiscal Sergio Mola, no volvieran a hablar lo hizo, primero, el abogado Mariano Fragueiro Frías, defensor de Héctor Garro, que dijo que, en la práctica, volver a darle la palabra a la fiscalía implicaría una suerte de reapertura de su alegato acusador.
“Las vistas significarían una prolongación de los alegatos y violarían el derecho de defensa”, dijo Fragueiro. “El tribunal está en condiciones de decidir lo que corresponda sin necedad de escuchar a nadie más”, afirmó.
”Me imagino, y puedo entenderlo, que el fiscal debe tener ganas de contestar un montón de cosas y que probablemente lo haga en el momento de las vistas, pero eso implicaría desnaturalizar los alegatos”, dijo Fragueiro. “Y si intenta replicar, no hay nada novedoso que justifique ninguna clase de réplica”.
El momento de las réplicas le da al fiscal la posibilidad de responder cuestiones “nuevas” que hayan sido introducidas por las otras partes. Si el fiscal decide hacerlo, después las defensas pueden contestarle (es lo que se llaman las “dúplicas”), pero los acusados preferían evitarse todo ese trámite y que Luciani ya no volviera a exponer en este juicio.
Fragueiro recordó que él había intentado replicar en otro juicio ante el mismo tribunal y que le dijeron que no. “No hay ninguna novedad, me dijo el tribunal en aquel juicio, y la verdad es que tenía razón”, relató.
“Ni las vistas ni las réplicas contribuirían al debido proceso”, insistió el abogado. Las “vistas” son la oportunidad para que la fiscalía conteste los pedidos de nulidad y excepciones presentadas por algunos de los defensores para frenar el juicio. Según Fragueiro, el tribunal no necesitaba escuchar a los fiscales para decidir si hace o no lugar a estos planteos.
Se sumaron al pedido de Fragueiro abogados de otros acusados, como Federico Paruolo (defensor de Nelson Periotti), Juan Martín Villanueva (defensor de Lázaro Báez), Gabriel Palmeiro (defensor de Julio De Vido), Nicolás Guzmán (defensor de Carlos Kirchner) y Oscar Vignale (defensor de Raúl Pavesi).
Después de un cuarto intermedio de 15 minutos, los jueces reabrieron la audiencia con una respuesta negativa a todo lo esgrimido por los abogados, que adelantaron que llevarán su planteo a la Cámara Federal de Casación, máximo tribunal penal.