La política de ajuste antes, durante y luego de la pandemia por parte del kirchnerismo se está pagan con un fuerte aumento de la pobreza e indigencia, que continúan haciendo estragos en amplios sectores de la población. A escala nacional, el Indec registra que el 40,6% de las personas y el 31,2% de los hogares no alcanzaron a cubrir el costo de la canasta básica de pobreza. La incidencia es aún mayor entre los menores de edad.
Esto se debe al hecho de que el 54,9% de los menores de 17 años son pobres; esto es, 6 de cada 10 niños no tienen acceso a los alimentos y bienes indispensables necesarios en el día a día. Lo peor del caso es que, en el interior del país, los números son aún más alarmantes. Sobre todo, en lo que a Tucumán se refiere, ya que hoy se conoció que la provincia que gobierna Juan Manzur, el jefe de Gabinete del kirchnerismo, desde la época en la que era vice de José Alperovich, presenta una grave situación.
Y es que Tucumán posee los índices de pobreza más altos desde hace 15 años. En ese sentido, durante el primer semestre de 2021, el 46,2% de las personas en Tucumán cayeron por debajo de la línea de la pobreza. O lo que es lo mismo, unas 418.000 personas del Gran Tucumán-Tafí Viejo no alcanzan a cubrir la canasta básica total que el Indec que estipuló en 17.191 pesos por persona.
Una vara muy baja para medir (o esconder) la pobreza realmente existente. Pero eso no es todo, ya que la indigencia afectó a 11,6% de las personas en Tucumán, es decir, más de 105.000 personas en la provincia no llegan a cubrir el ingreso necesario para una alimentación mínima e indispensable. Para el primer semestre del año, el Indec estipuló la línea de indigencia en 7900 pesos.
En este marco, y como si de una burla se tratara, el Jefe de Gabinete de Ministros Juan Manzur destacó que “hay una disminución pequeña” de la pobreza tras conocerse el último informe del INDEC. A contramano del discurso triunfalista del gobierno que asegura que la Argentina transita una recuperación económica a velocidad record, lo cierto es que la pobreza y la indigencia continuaron creciendo los últimos tres semestres en el interior del país.
En Tucumán la comparación arroja que la pobreza creció casi 5 puntos respecto al primer semestre del año pasado, en plena fase 1 de la cuarentena y en el momento más profundo de la caída de la actividad económica. La evolución histórica, sin embargo, arroja que la pobreza viene creciendo exponencialmente desde el segundo semestre de 2017, bajo el gobierno de Manzur..
Esto también desmiente la idea de que la causa del aumento de la pobreza y el desempleo se pueda atribuir exclusivamente a los efectos de la pandemia. A pesar de la recuperación de la actividad económica, la pobreza y el desempleo no se recuperan con la misma velocidad y, particularmente en Tucumán, la pobreza y el desempleo encubierto siguen aumentando. Sin embargo, Juan Manzur sólo atina a decir que le “duele la pobreza”.
Está claro que los datos de la pobreza en Tucumán deben interpelarnos como sociedad, pero especialmente tienen que ser un severo llamado de atención para quienes gobiernan la provincia desde hace décadas. El modelo de repartir plata para sostener el poder no va más. Es necesario un cambio de fondo que termine con prácticas que clausuran el futuro de la mayoría de nuestra gente.
No puede haber especulaciones con una realidad que no podemos aceptar con resignación. Pero ese no parece ser el plan de Manzur, ya que decidió encabezar un gobierno que prefiere imprimir millones de billetes para generar una sensación de alivio en los bolsillos de la gente, lo único que está haciendo es apostar a que esa misma gente sea cada vez más pobre. Algo de lo que el ahora Jefe de Gabinete es culpable desde todo punto de vista, aunque “le duela”.
