WASHINGTON.- Apenas cinco semanas después de decir que era “muy poco probable” que los talibanes se apoderaran de Afganistán, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se dirigió hoy al país para explicar qué ocurrió en en ese país y por qué Washington leyó tan mal el terreno, además de intentar contener las críticas que comenzaron a azotar a su presidencia en medio de las caóticas imágenes que llegaban desde Kabul con el retorno de los talibanes al poder.
Durante su discurso, Biden defendió su decisión de retirarse de Afganistán y apuntó a las tropas afganas por no haber enfrentado a los talibanes.
“Construir una nación” nunca fue un objetivo de Estados Unidos en Afganistán, señaló, y admitió que la caída del gobierno a manos de los talibanes fue “más rápido de lo que esperaban”.
“Siempre le prometí al pueblo estadounidense que sería sincero con ustedes. La verdad es que esto se desarrolló más rápido de lo que habíamos anticipado”, señaló.
El mandatario dijo que mantiene “firmemente” su decisión de retirarse de Afganistán, pero dijo que “actuará rápidamente” contra el terrorismo en en ese país “si es necesario”.
Durante su discurso, Biden dijo que nunca hubo un buen momento para retirarse, y responsabilizó a las fuerzas afganas: “Está mal ordenar a las tropas estadounidenses que den un paso adelante cuando las propias fuerzas armadas de Afganistán no lo harían”.
“Les dimos todas las herramientas que necesitaban, les dimos todas las oportunidades para decidir su propio futuro. Lo que no pudimos darles es la voluntad de luchar por su futuro”, agregó,
Biden también se comprometió a “hablar” en favor de las mujeres afganas bajo el régimen talibán
Cuatro gobiernos –George W. Bush, Barack Obama, Donald Trump, y, ahora, Biden–, 20 años y cientos de miles de millones de dólares invertidos por Estados Unidos y sus socios de la OTAN resultaron inútiles para impedir la caída final del proyecto democrático afgano. Biden ordenó la salida final que intentó sin éxito Obama y comenzó a tejer Trump, pero, así y todo, carga con el costo político de uno de los mayores fracasos de la política exterior de Estados Unidos. En silencio, recluido en Camp David, Biden y su equipo de seguridad nacional, aún sorprendidos por el blitzkrieg talibán, buscaron tejer durante el fin de semana las respuestas para responder al interrogante de cómo Washington se equivocó tanto respecto de lo que ocurría en Afganistán.
El gobierno de Biden se mantuvo en silencio durante la caída de Kabul mientras el Pentágono desplegaba a las apuradas 3000 marines y soldados para custodiar la evacuación. Hoy, el Departamento de Defensa anunció el despliegue de otros 1000 efectivos, y soldados estadounidenses mataron a dos personas armadas en el aeropuerto, escenario de escenas dantescas. El asesor de Seguridad Nacional de Biden, Jake Sullivan, brindó una entrevista esta mañana, en la que empezó a recalibrar y a corregir las palabras de Biden, defendió la salida, y culpó a las fuerzas de seguridad afganas de desistir de luchar por su país.
“El presidente no pensó que era inevitable que los talibanes tomaran el control de Afganistán”, dijo Sullivan, en una entrevista con el canal ABC News. “Pensó que las fuerzas de seguridad nacional afganas podían pararse y luchar porque pasamos 20 años, decenas de miles de millones de dólares, entrenándolos, dándoles el mejor equipo, brindándoles apoyo de las fuerzas estadounidenses durante 20 años, y cuando llegó la hora decidieron no luchar por su país”.
El traumático y caótico retiro de Afganistán ya ha desatado comparaciones con la salida de Vietnam y la evacuación en helicóptero del personal de la embajada de Estados Unidos en Saigón en 1975. Y ocurre cuando faltan apenas semanas para que se cumpla el 20º aniversario de los atentados terroristas del 11-S que provocaron la invasión a Afganistán para desterrar a los talibanes del poder. Ahora todo parece volver a foja cero.
El gobierno de Biden apenas escribió el último capítulo en Afganistán, pero Biden y su equipo parecieron moverse a ciegas, sorprendidos, como el resto del mundo, por la velocidad de la caída del gobierno de Ashraf Ghani, quien debió huir del país. Ni el Pentágono ni el aparato de inteligencia de Estados Unidos anticiparon la agilidad de los talibanes para recapturar el país, y los planes para la evacuación de los estadounidenses tuvieron que armarse a las apuradas en medio del vertiginoso giro político del país.
Sullivan defendió la decisión de Biden de retirar las tropas al afirmar que optó por evitar una “tercera década de conflicto” e involucrar a miles de tropas para pelear en una guerra civil que ni siquiera el ejército afgano quiso combatir.